Las medidas, recomendadas por un grupo independiente de revisión que creó la misma secretaria de Estado después del mortífero tiroteo ocurrido el mes pasado en Bagdad en el que participaron varios guardias de la firma Blackwater USA, exigirá a los contratistas que sean sometidos a un entrenamiento para hacerlos más sensibles a la cultura y al idioma de los iraquíes.
Los cambios en las reglas de posible enfrentamiento podrían acercar al Departamento de Estado a obedecer líneas parecidas a los del Ejército. Las reglas del Departamento de Estado en el caso del uso de la fuerza por parte de los contratistas estaban más detalladas en algunos aspectos, pero el grupo de revisión descubrió que el Pentágono había clarificado esas reglas en los pasos que cada guardia debe seguir después de identificar una amenaza.
Las medidas no tendrán un efecto muy visible en la manera en que operan los guardias privados en Bagdad y en el resto de Irak, ya que ellos seguirán escoltando a los diplomáticos en caravanas bien armadas, como la que participó en el tiroteo del 16 de septiembre que le causó la muerte a 17 iraquíes en una plaza de Bagdad.