El Supremo estadounidense avala la inyección letal

Imagen de una camilla usada para aplicar la inyección letal.
Por siete votos a favor y sólo dos en contra, el Tribunal Supremo estadounidense decidió hoy permitir el uso en futuras ejecuciones de la inyección letal. De esta forma, rechazaron el recurso de dos presos de Kentucky en el corredor de la muerte, que aludían a la Constitución para pedir la prohibición de un castigo que, a su juicio, produce un dolor y un sufrimiento innecesarios.
Ahora, el magistrado John Roberts determina que no están probadas estas alusiones relacionadas con el protocolo mediante se suministra al reo el cóctel mortal. Precisamente, el juez considera que las alternativas ‘no comprobadas’ sí pueden suponer un castigo ‘cruel e inusual’.

Los detractores del método de ejecución más usado en las últimas tres décadas en Estados Unidos señalan que, en caso de que el condenado se le aporte una dosis demasiado pequeña de anestesia puede sufrir un dolor adicional sin posibilidad alguna de gritar. De hecho, en los últimos años, se han registrado ejecuciones en las cuales los internos tardaron más de media hora en morir.

El uso de la inyección letal, sustituto de las antaño utilizadas sillas eléctricas, cámaras de gas o incluso el disparo, había quedado interrumpido desde septiembre, a la espera de la decisión del Supremo. En base a la decisión conocida hoy, las autoridades podrán seguir utilizando este sistema, en un país que ha castigado con la pena capital a 1.099 personas desde 1977, 42 de ellas en el último año. De hecho, Amnistía Internacional distribuyó esta semana un informe que sitúa a Estados Unidos como el quinto país en el mundo en número de ejecuciones anuales, por detrás de China, Irán, Arabia Saudí y Pakistán.

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