El vicepresidente del Gobierno confirma que seguirán con el enriquecimiento del uranio

Teherán pone en marcha su primera central nuclear

Irán comenzó ayer a cargar con combustible nuclear la central construida en Bushehr, en el sur del país, en medio de una crisis con la comunidad internacional originada por el empeño de los iraníes en enriquecer el uranio al 20% (lo que permitiría su uso en armas nucleares). Durante la ceremonia oficial que celebraba la introducción del combustible nuclear en Bushehr, el vicepresidente de Irán y director del Organismo iraní de Energía Atómica, Ali Akbar Salehi, afirmó que Irán seguirá con el enriquecimiento de uranio al 20%.
'Continuaremos con el enriquecimiento de uranio al 20% mientras lo necesitemos', dijo Salehi durante una rueda de prensa conjunta con el director de la empresa rusa Rosatom, Serguéi Krienko, televisada en directo desde Bushehr. El vicepresidente iraní añadió que Irán no piensa convertir todo su uranio enriquecido al 3,5% en uranio enriquecido al 20%, sin embargo, hizo hincapié en lo que consideró 'el derecho de Irán de enriquecer el uranio'. 'Según el artículo 4 del Tratado de No Proliferación (TNP) y los normativos del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), el enriquecimiento de uranio es un derecho nuestro del que aprovecharemos', dijo. Salehi añadió que Irán construirá posiblemente una nueva planta de enriquecimiento de uranio durante el próximo año iraní, que comienza el 21 de marzo.'Si lo ordena el presidente iraní comenzaremos la construcción de una nueva planta de enriquecimiento de uranio', dijo Salehi, quien había informado recientemente de la localización de los sitios para la construcción de 10 nuevas plantas de enriquecimiento de uranio.


INICIADA EN 1974

El proyecto de la construcción de la central de Bushehr, ubicada a orillas del golfo Pérsico, comenzó durante el reinado de Mohamad Reza Sha Pahlavi. La compañía alemana Siemens empezó las obras en 1974, pero tuvo que suspender el proyecto tras el estallido en 1979 de la revolución que derrocó al Sha.

La corporación rusa Atomstroyexport reanudó la construcción tras firmar un contrato con Irán en febrero de 1998, pero posteriormente el proyecto se vio entorpecido por numerosos retrasos, debido a las sospechas de la comunidad internacional sobre la existencia de un programa nuclear militar iraní.

La República islámica de Irán mantiene un pulso con la comunidad internacional al negarse a suspender su actividad de enriquecimiento de uranio, material de doble uso militar y civil. Desde Occidente, y especialmente Israel y EE.UU, ven con sospecha el programa nuclear iraní y teme que bajo la cobertura de este programa intente conseguir armas nucleares, acusación que Teherán rechaza.

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