Los expedientes oficiales cifran en 66.081 los civiles inocentes que han muerto entre 2004 y 2009

Una web filtra documentos que confirman las torturas en Iraq

Julian Assange.
La filtración a través de WikiLeaks de 391.000 documentos sobre la guerra de Iraq; revela numerosas denuncias de torturas y abusos que nunca se investigaron, muertes de civiles de las que no se informó y la ayuda iraní a milicias iraquíes. La organización que en julio pasado publicó 92.000 informes secretos de las Fuerzas Armadas de EEUU sobre Afganistán divulgó ayer en la página warlogs.wikileaks.org los informes de campo, o SIGACT, redactados por los soldados estadounidenses entre 2004 y 2009.
Entre otras cosas, los informes ponen de manifiesto que las fuerzas estadounidenses dejaron sin investigar centenares de denuncias de abusos y torturas, e incluso de posibles asesinatos, por parte de las fuerzas iraquíes. Además, dan a conocer las muertes de más de 15.000 civiles en incidentes desconocidos hasta ahora. Además, los documentos del Pentágono a los que ha tenido acceso la organización dan cuenta, por ejemplo, de la muerte de 109.032 personas entre el año 2004 y 2009, de los que más de la mitad, 66.081, eran civiles inocentes. Esas cifras incluyen 15.000 muertos desconocidos hasta ahora, según la organización Iraqi Body Count. El mes más mortífero fue diciembre de 2006, cuando fallecieron un total de 2.566 iraquíes.

La mayor parte de las muertes, cerca de 30.000, se produjeron a consecuencia de las minas colocadas por los insurgentes a lo largo del territorio del país.


VÍCTIMAS INOCENTES

Pero los documentos también revelan situaciones lamentables en que las tropas estadounidenses, por error, accidente o precipitación, mataron a civiles inocentes. Los papeles narran al menos cuatro casos de tiroteos mortales cometidos desde helicópteros. En uno de los casos se disparó contra civiles aunque las víctimas estaban dando claros signos de rendición. 'Aun así son objetivos válidos', rezan los documentos.

La filtración recibió la condena inmediata del Gobierno de EEUU. El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, aseguró que en los documentos 'no hay nada que pueda indicar la existencia de crímenes de guerra' pero sí aparecen '300 nombres de iraquíes en posible peligro' y consideró que 'el país es más vulnerable ahora'. Previamente, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, había condenado 'en los términos más claros posibles' cualquier filtración de documentos que 'pongan en peligro vidas estadounidenses o de sus aliados'.

En centenares de informes se aluden a latigazos, quemaduras y palizas, y en un caso en particular los soldados estadounidenses apuntan sus sospechas de que los soldados iraquíes cortaron los dedos y quemaron con ácido a uno de los presos.

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