Propietarios del casco urbano advierten de los daños que causan sus defecaciones en los edificios

Las palomas, en el punto de mira

Un grupo de palomas come pan en la Rúa do Paseo de Carballiño.  (Foto: Martiño Pinal)
Los dueños de edificios del casco urbano de Carballiño mantienen su ‘guerra’ particular con los vecinos que dan de comer a las palomas en plazas y calles. ‘A merda que deixan nos tellados e terrazas mancha e produce danos’, señalan.
Las manchas entre blanquecinas y grisáceas que pueden verse en balcones, terrazas y tejados de Carballiño son producto de las defecaciones de la colonia de palomas que se encuentra asentada en el casco urbano de la villa. Los propietarios de los edificios advierten que ‘xa estamos cansos de ter que limpar as fachadas pola merda que deixan as pombas, que ademais de manchar tamén producen danos nas pedras pola súa composición química’.

Por este motivo, los dueños de los inmuebles no ven con buenos ojos que ‘haxa persoas que tódalas mañás se adiquen a sentarse nos bancos das prazas Maior ou do Emigrante para alimentar a estas aves, que precisamente están a espera destas almas caritativas posadas nas nosas casas’, apunta Gonzalo Carballeda Meije, uno de los propietarios. Añade que ‘incluso lle chamamos a atención ós veciños que levan bolsas de pan para as pombas, pero están tan acostumados a esta tradición que non fan caso’.

Ordenanza

Los afectados por la plaga también pusieron esta situación en conocimiento de los agentes de la Policía Local, ‘tendo en conta que hai vilas e cidades, coma é o caso de Ourense, nos que hai unha ordenanza que prohíbe darlle alimento ás pom bas ou a calquera tipo de ave’, indica Carballeda Meije. El nuevo concejal de Medio Ambiente, Bernardo García, manifestó su total desconocimiento sobre este tema, sobre todo porque non foi rexistrado ningún escrito de queixa no Concello, que debería ser a canle axeitada para poder tomar medidas’.

El edil nacionalista recabará información sobre ‘se houbo algún tipo de denuncia de danos ós edificios, a fin de tentar buscar unha solución axeitada’. Eso sí, cualquier tipo de actuación esta rá alejada de la polémica suscitada en el municipio de Boborás hace un par de años, cuando personas desconocidas se dedicaban a eliminar con escopetas y pistolas de aire comprimido las palomas, que también ocasionaban molestias.


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