La fiesta de la Virgen del Rosario reúne a familias de emigrantes en México, que disponen de sus instalaciones privadas construidas en la ladera de O Suído, para disfrutar de una comida servida por restaurantes.
En plena ladera de la sierra de O Suído, en un paraje denominado As Costeiras, se celebra cada año una fiesta en honor a la Virgen del Rosario, en la que se reúnen para comer más de una veintena de familias, prácticamente todas ellas con varios de sus miembros emigrados en México, y que desde principios de los años 80 han ido habilitando sus respectivos espacios particulares, con construcciones ya sean de hormigón, piedra o madera para resguardar una gran mesa y en muchos casos también los fogones. No es una romería tradicional de las que abundan en Galicia, se trata de celebraciones privadas en las que se utiliza el servicio de catering de conocidos restaurantes de las provincias de Pontevedra y Ourense como 'El Canario', 'Reiví' o el 'Oasis', entre otros.
Las mesas son lo suficientemente amplias para medio centenar de personas en la mayoría de los casos, aunque incluso hay algunas que pueden rondar los 100. Elio Estévez, uno de los asistentes, reconocía que los emigrantes 'veñen sempre que a economía llo permite, os que teñen máis cartos non se perden ningún ano', y añadía que 'un día é un día', refiriéndose al lujo de estar servidos por un buen restaurante y disfrutar de mariscos, pescados, carnes variadas y postres, todo ello acompañado por excelentes vinos. Alfredo Estévez, emigrante en México, explicaba que esta comida es únicamente para los que disponen de mesa, y 'cuanto mayor es la situación económica, mejor es la construcción del espacio para la fiesta', que sólo es para las familias de los pueblos de Mangoeiro, Rodeiro, Casar do Nabo e A Carixa.
La fiesta empezó hace muchos años, cuando estas localidades se desvincularon de la celebración de Abelenda, la parroquia a la que pertenecen, y construyeron su propia capilla de Santo Estevo en la que, entre otras imágenes , no falta la Virgen de Guadalupe. Por eso, antes de la comida asistieron a misa, en la que las 'pandereteiras' de Avión 'Flor de Toxo' dedicaron una composición propia a la Virgen del Rosario. También se celebró la procesión y, de víspera, se organizó una 'sardiñada' popular.
Cuando acaba la fiesta muchos de estos locales se cierran hasta el año siguiente, pero otros quedan abiertos para uso de los visitantes que se acercan a disfrutar de este paraje.
Las mesas son lo suficientemente amplias para medio centenar de personas en la mayoría de los casos, aunque incluso hay algunas que pueden rondar los 100. Elio Estévez, uno de los asistentes, reconocía que los emigrantes 'veñen sempre que a economía llo permite, os que teñen máis cartos non se perden ningún ano', y añadía que 'un día é un día', refiriéndose al lujo de estar servidos por un buen restaurante y disfrutar de mariscos, pescados, carnes variadas y postres, todo ello acompañado por excelentes vinos. Alfredo Estévez, emigrante en México, explicaba que esta comida es únicamente para los que disponen de mesa, y 'cuanto mayor es la situación económica, mejor es la construcción del espacio para la fiesta', que sólo es para las familias de los pueblos de Mangoeiro, Rodeiro, Casar do Nabo e A Carixa.
La fiesta empezó hace muchos años, cuando estas localidades se desvincularon de la celebración de Abelenda, la parroquia a la que pertenecen, y construyeron su propia capilla de Santo Estevo en la que, entre otras imágenes , no falta la Virgen de Guadalupe. Por eso, antes de la comida asistieron a misa, en la que las 'pandereteiras' de Avión 'Flor de Toxo' dedicaron una composición propia a la Virgen del Rosario. También se celebró la procesión y, de víspera, se organizó una 'sardiñada' popular.
Cuando acaba la fiesta muchos de estos locales se cierran hasta el año siguiente, pero otros quedan abiertos para uso de los visitantes que se acercan a disfrutar de este paraje.
