INTOXICACIóN

Abilio Vieira: ‘Cheguei á porta e pedín auxilio porque xa non vía nada'

El vecino de Seixalbo intoxicado por setas teme por la vída de su esposa

Abilio José Vieira aguarda por el alta hospitalaria para regresar a su casa de Seixalbo y pasar página tras la ingesta de setas venenosas hace hoy una semana. En el día de ayer, aún continuaba hospitalizado en la planta de Urología del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense junto a su hijo Pablo, pero no dudó en reconocer que se encontraba "muchísimo mellor, sobre todo tendo en conta todo o que pasamos". Pero pese a que las analíticas diarias confirman su buena evolución, está muy preocupado por el estado de salud de su esposa, María de los Ángeles, quien continúa en estado grave ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos. "A miña señora ten moi afectado os pulmóns porque xa non os tiña moi ben", aseguraba ayer Abilio José a este periódico.

El patriarca de los Vieira aseguraba ayer tener ganas de regresar a casa, algo que, según sus palabras, podría producirse muy pronto. Asimismo, se mantiene cauto a la hora de hablar de lo acontecido el miércoles 29 porque, según dice, aún le resulta doloroso recordar los detalles. Lo que sí tiene claro y no duda en decir es que "os veciños do lado da miña casa, según me dicen, salváronme a vida". Y ello porque, aunque logró a tientas alcanzar la puerta de casa, cuando comenzó a sentirse mal, y pedir auxilio, en ese momento la visión ya era totalmente borrosa, por lo que no logró ver a quién tenía enfrente. "A Alfonso Carrera e a súa señora teño moito que agradecerlles porque nos salvaron a vida", asegura. Los síntomas de la ingesta de setas venenosas fueron muy rápidos nada más irse a la cama. La sintomatología no sólo estuvo acompañada de visión borrosa sino también de confusión mental. Según comenta Abilio José Vieira, "fun dereito a porta da casa para pedir axuda e tirei con todo porque non sabía ben onde me atopaba". Con respecto a su esposa, también recuerda que se quejaba de que apenas tenía visión.

La intoxicación tras haber cenado setas venenosas afectó también a su hijo Pablo, quien fue auxiliado por su hermano mayor a la mañana siguiente cuando regresó de su trabajo en una panadería. La recuperación de los dos varones fue más rápida porque, según los médicos, depende del estado de salud de los comensales y la cantidad de setas ingeridas.

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