La ciudad proyecta la sustitución de los bolardos por las reclamaciones que generan al Concello

El acceso en coche al casco viejo se regulará con cámaras

Bolardo instalado en la calle Santo Domingo, en la intersección con Concordia. (Foto: FOTOS: JOSÉ PAZ)
Los bolardos del casco histórico, esos obstáculos que limitan la circulación en la zona monumental de Ourense, que obligan a disponer de una tarjeta de autorización para acceder a ella en coche y que han ocasionados más de uno y de dos accidentes al levantarse al paso de vehículos sin permiso, podrían pasar a la historia en los próximos meses.
El gobierno municipal de Ourense proyecta sustituirlos por un sistema informático que funcionaría del siguiente modo: la fórmula se activaría a través de unas cámaras instaladas en las 15 zonas de la ciudad que en la actualidad tienen bolardos, todas ellas en los accesos al casco histórico; esas cámaras 'leerán' las matrículas de los vehículos que pretendan acceder a la zona histórica. El sistema detectaría si el coche está autorizado para circular por el Casco Vello, y, en caso de no estarlo, no le impedirían el acceso pero sus datos se registrarían y se emitiría la correspondiente multa.

Además, esta tecnología permitirá a los residentes mantener sus vehículos en la zona acotada sin restricciones, pero no ocurrirá lo mismo en otros casos autorizados, como los vehículos de carga y descarga. Para ellos sí se tendrían en cuenta los horarios establecidos para las salidas -de siete y media a 11 y media por la mañana y de tres y media a cinco y media las tardes de lunes a viernes-. De esta forma, si el sistema no registra que el transportista salió del casco histórico después de la hora límite, igualmente sería sancionado.

Más complicado para librarse de una multa lo tendrían los conductores no autorizados que no se percatasen de la prohibición de acceder a la zona monumental, algo factible si, por ejemplo, circula detrás de uno que tenga permiso. Fuentes municipales insisten en que 'estará debidamente indicado y anunciado' para evitar este tipo de confusiones que pueden acarrear sanciones.


A LARGO PLAZO

La idea de cambiar el sistema actual está fundamentada en los problemas que en la actualidad ocasionan los bolardos, que generan numerosas reclamaciones al Concello por daños a vehículos, si bien en la mayoría de los casos es por una infracción o despiste del conductor. Precisamente para reducir estos casos, la institución municipal contrató en diciembre un sistema óptico-acústico en los bolardos con objeto de incorporar una señal sonora que se activará antes del inicio de la subida de los mismos y una corona de ópticas de color rojo que se activaría también durante su funcionamiento.

Con todo, el cambio del sistema es algo se prevé tener finalizado a lo largo de este mandato, aunque su implantación dependerá de la situación económica municipal y ese es su principal problema en estos tiempos de austeridad y contención. Aunque la renovación implicaría una inversión inicial -que hasta el momento está por cuantificar- pero que en la Concejalía de Tráfico ya califican de notable, desde la institución municipal se valora el hecho de que su mantenimiento sería más barato que el del sistema actual con bolardos, por lo que no se descarta su implantación de forma paulatina.

Las cámaras se instalarían en las mismas zonas que en la actualidad cuentan con bolardos para controlar el acceso.

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