La aglomeración en las Urgencias del Complexo Hospitalario volvió a generar quejas, aunque el CHOU, que restó importancia al caso, atribuyó el repunte a que, tras una semana con festivos, hubo pocas altas y había gente esperando ingresar.
Los lunes son a menudo días de trasiego en el área de urgencias del Complexo Hospitalario de Ourense. Pero hay lunes de un intenso y apelotonado trasiego, es decir, por encima de la media. Justo ayer fue una de esas jornadas. Coincidió con la salida de un fin de semana en el que el frío apretó un poco más la tuerca para recordar que si estamos en diciembre, y en menos de una semana el otoño recoge los enseres para dejar paso al invierno, lo normal es que las temperaturas caigan en picado. Desde el CHOU negaron, sin embargo, que las consecuencias que a menudo se derivan de la irrupción repentina del frío, como gripes o procesos catarrales, estuviesen detrás de la saturación del área de urgencias, donde, por cierto, el servicio de seguridad impedía observar el grado aglomeración. Fuentes próximas a la gerencia del hospital apuntaron al alto número de ingresos en planta pendientes, para explicar las aglomeraciones en Urgencias. Eso de por sí describiría el trasiego común de todos los lunes, pues el fin de semana se acumulan ya un importante número de pacientes de ingreso en planta. Pero es que a la situación de ayer, según el CHOU, habría que sumar las altas hospitalarias que no se produjeron la semana pasada como consecuencia de que salieron al paso dos días festivos. Ello condujo a que se llegase al viernes con menos camas libres de lo habitual. ¿Entonces? Ayer había todavía más gente esperando a que quedase una cama libre para su ingreso. El caso es que justo el fin de semana del puente, urgencias también entró en colapso. En concreto, las urgencias pediátricas, que desataron la indignación de los padres.
