ENTREVISTA

Aitana Sánchez-Gijón: "Hoy, en los periódicos, seguimos encontrando Medeas y Medeos"

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La actriz Aitana Sánchez-Gijón llega a Ourense para interpretar una versión de "Medea", de Séneca. La actuación tendrá lugar hoy, a las 20,30 horas, en el Teatro Principal.

En su papel, se mete en la piel de una mujer que llega a matar a sus hijos por estar sumida en un amor enfermizo, ¿cómo se prepara para subir a escena?

Esta obra proviene de un espectáculo en el que estábamos cuatro en el escenario. Integré tanto el dolor de Medea, en la fase de preparación de la obra, que al llegar al momento de la función ya lo tenía dentro. Y sola, hago lo mismo, pero sí necesito más tiempo. Llego al teatro tres horas antes, para concentrarme. También hago una preparación física.

No es una obra al uso, usted da voz a todos los personajes, ¿no acaba agotada? 

Sí. Tardo como tres días en recuperarme (risas). Sí, acabo agotada emocionalmente, psíquicamente y físicamente. Pero es de esos retos que, una vez conseguidos, dan mucha satisfacción.

Habla de retos, con Medea es la primera vez que se sube sola a un escenario, ¿le aterraba la idea?

Sí, he llegado al formato de monólogo casi sin darme cuenta. A mí me han ofrecido monólogos a lo largo de mi vida y siempre me ha aterrado la idea, y mira que es lo que he acabado haciendo (risas).

Aunque usted es la única cara visible, ¿cuánto trabajo hay detrás de esta representación?

Esta obra es la consecuencia de un montaje original, con el que estuvimos de 2015 a mediados del 16, y previamente hicimos talleres de preparación intensivos, durante un año. Detrás hubo mucha gente investigando sobre la Tragedia Griega.

¿Qué aborda “Medea"?

Medea trata del alma humana, en este caso, desde lo más oscuro. Simboliza el poder de la naturaleza, ella es la máxima creadora pero también la máxima destructora. Pero, desde luego, partimos de la premisa de que es un concepto equivocado de amor. Desgraciadamente, hoy abrimos los periódicos y seguimos encontrando Medeas y Medeos.

¿Qué ha provocado en usted esta obra?

Una necesidad de seguir ahondando. En lugar de despedirme del personaje, cuando finalizó la gira anterior, sentí que Medea seguía ahí, como si se hubiese instalado en mis tripas, avisándome de que en cualquier momento tendría que volver a sacarla.

¿Por qué no nos podemos perder este espectáculo?

Lo que puedo hacer es invitarles a verlo porque lo que tiene de grande la Tragedia Griega es que nos pone el espejo delante y nos hace dudar de nuestras certezas. 

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