Amoeiro desafía la crisis de natalidad ourensana

Amoeiro florece. En este concello del rural ourensano aumenta el número de habitantes (de 2.280 a 2.350 en el último año) y también el de nacimientos. En 2020 vieron la luz seis bebés. En 2021, diez. Ahora las familias, que recibieron un cheque de 1.000 euros como parte de la campaña del gobierno local para fomentar la natalidad, esperan que este bum natalicio se concrete pronto en una nueva guardería. Ya hay una casa nido, pero sus cinco plazas no dan abasto. “Llamé en cuanto me quedé embarazada de Luna pero ya no había plazas”, explica Patricia Puga, una de las mamás, que quiere para su hija una infancia en el rural, porque “aquí todo es más familiar, la gente te pregunta por tu bebé y nos conocen por el nombre. Vivir en la ciudad es más rentable económicamente, al restar los gastos de desplazamiento, pero la calidad de vida no tiene nada que ver”, compara Puga. Ella nació en Amoeiro, vivió desde los 15 años en la ciudad y al casarse regresó. Justo cuando Luna tenía mes y medio, la llamaron para trabajar. “Y, gracias a la baja por paternidad de mi marido, que fue un avance social muy grande, pude mantener el empleo”, celebra. Uxía Vázquez y Mario Lamas tuvieron mellizos en 2021: trajeron al mundo a Nico y Leo. Ella es de Ourense, él de un pueblo de A Coruña, se conocieron en Barcelona y vivieron en Holanda, pero como en Galicia en ningún sitio. Cosas del destino, ella quería ser madre por partida doble desde el inicio, antes de la primera ecografía. Considera las ventajas de tener mellizos: “Podrán jugar juntos en cuanto sean un poco más independientes. Además, esos pequeños miedos que todos tenemos, cuando empezamos en el cole o en el instituto, ellos no los sufrirán”, al tenerse uno al otro. “Lo que echamos de menos es una mejor conexión de transporte urbano”, explican. Pero, con todo, se quedan con lo positivo de una vida tranquila. Catalina Varela y Luna Beiras, dos nuevas vecinas en Amoeiro. De Ohio a Amoeiro Otra de las parejas de papás es la que forman Humberto Varela y Amanda Harvey, que cambió su Ohio natal por Amoeiro, y también es melliza. En su caso, ella teletrabaja, lo cual facilita los cuidados. “En cuanto comenzamos a tener hijos, ya no queríamos vivir en la ciudad”, valoran. Y disfrutan de un vecindario rico culturalmente: “Nuestros vecinos de enfrente son rusos, y también hay un niño francés”, explica Varela.