El socialista y asesor político de 36 años Eladio Osorio Montenegro ha sido declarado incurso en apostasía formal (renuncia pública a la fe católica) y excluido, por propia voluntad, de la Iglesia. Este ourensano emprendió hace un año los trámites y, tras haber denunciado al Obispado de Ourense ante la Agencia Española de Protección de Datos, finalmente ha conseguido constar como apóstata en una anotación marginal en la partida de bautismo en su parroquia natal de Santa María de Castro Caldelas.
El vicecanciller y vicario general de la Diócesis de Ourense declaró el pasado día 6 de febrero apóstata a Eladio Osorio Montenegro, tras haber expresado reiteradamente su voluntad de apostatar formalmente de la fe católica y de autoexcluirse de la Iglesia.
Después de un año de interminables trámites burocráticos, Eladio Osorio recibió la comunicación de la Diócesis en la que se le declaraba apóstata y se ordenaba al cura de su parroquia natal, Santa María de Castro Caldelas, que lo hiciese constar así en nota marginal a la partida de bautismo, con la advertencia expresa de que no se podrán expedir certificados ni datos algunos sin consentimiento, fehacientemente acreditado, del interesado. Asimismo, se exige la cancelación de sus datos personales de cualquier otro registro o fichero parroquial.
Aunque el 33 por ciento de la población se declara atea (como él), agnóstica y no creyente, Eladio Osorio explica que este paso (ser declarado apóstata) sólo lo da el 1%, por desconocimiento y porque es un proceso complicado (hay que denunciar al Obispado y enviar muchas cartas certificadas).
El primer paso consiste en enviar sendas cartas certificadas, con el DNI compulsado, a la parroquia donde se ha recibido el bautismo y al Obispado, pidiendo ser excluido de la Iglesia Católica y que los datos sean borrados del libro bautismal.
Desde el Obispado recibí una primera carta, en la que se me advierte de que quedaré excluido de los sacramentos y privado de las exequias eclesiásticas, del encargo de padrino para bautismo y confesión y de la admisión de matrimonio canónico. Además, me piden que vaya al Obispado para mantener una entrevista personal con el vicario, para reafirmarme en esta voluntad, afirma.
Sin embargo, Eladio Osorio hizo caso omiso de esta petición y remitió otra misiva al Obispado: Decía que si para darme de alta fue tan fácil y rápido, y sin pedir mi consentimiento, exijo que me borren del libro bautismal, puesto que si no lo hacen denunciaré a la Iglesia ante la Agencia española de protección de datos, acogiéndome a la Ley que lo regula. Eladio Osorio recurrió, pues, a la Agencia, que contactó con el Obispado, instándole en dos ocasiones a que ordene al párroco de Castro Caldelas a la nulidad de los datos, accediendo finalmente.
Después de un año de interminables trámites burocráticos, Eladio Osorio recibió la comunicación de la Diócesis en la que se le declaraba apóstata y se ordenaba al cura de su parroquia natal, Santa María de Castro Caldelas, que lo hiciese constar así en nota marginal a la partida de bautismo, con la advertencia expresa de que no se podrán expedir certificados ni datos algunos sin consentimiento, fehacientemente acreditado, del interesado. Asimismo, se exige la cancelación de sus datos personales de cualquier otro registro o fichero parroquial.
Aunque el 33 por ciento de la población se declara atea (como él), agnóstica y no creyente, Eladio Osorio explica que este paso (ser declarado apóstata) sólo lo da el 1%, por desconocimiento y porque es un proceso complicado (hay que denunciar al Obispado y enviar muchas cartas certificadas).
El primer paso consiste en enviar sendas cartas certificadas, con el DNI compulsado, a la parroquia donde se ha recibido el bautismo y al Obispado, pidiendo ser excluido de la Iglesia Católica y que los datos sean borrados del libro bautismal.
Desde el Obispado recibí una primera carta, en la que se me advierte de que quedaré excluido de los sacramentos y privado de las exequias eclesiásticas, del encargo de padrino para bautismo y confesión y de la admisión de matrimonio canónico. Además, me piden que vaya al Obispado para mantener una entrevista personal con el vicario, para reafirmarme en esta voluntad, afirma.
Sin embargo, Eladio Osorio hizo caso omiso de esta petición y remitió otra misiva al Obispado: Decía que si para darme de alta fue tan fácil y rápido, y sin pedir mi consentimiento, exijo que me borren del libro bautismal, puesto que si no lo hacen denunciaré a la Iglesia ante la Agencia española de protección de datos, acogiéndome a la Ley que lo regula. Eladio Osorio recurrió, pues, a la Agencia, que contactó con el Obispado, instándole en dos ocasiones a que ordene al párroco de Castro Caldelas a la nulidad de los datos, accediendo finalmente.
