Crónica

El Año Nuevo Chino llega a Ourense por videollamada

La comunidad china en la ciudad se resigna a celebrar el comienzo del Año del Buey sin las típicas reuniones familiares y sin poder viajar a su país para reencontrarse con los suyos.

Hay fuegos artificiales por las calles, y nos reunimos toda la familia alrededor de la mesa… ¡la tradición dice que incluso vienen los bisabuelos, aunque ya hayan muerto!". Wei Lian Xia recuerda con una sonrisa las fiestas típicas de Año Nuevo mientras pasea la mirada por las sillas amontonadas sobre las mesas de su restaurante, el Gran Pekín. Xia es una de las 204 personas chinas que viven en la ciudad -según los últimos datos del IGE- y que ayer no pudieron celebrar como es debido el cambio de año lunar.

Según el calendario chino, hoy despedimos el Año de la Rata y comienza el Año del Buey. Si este fuera un febrero normal, las familias se juntarían, y algunos incluso viajarían de vuelta a China para ver a los suyos y disfrutar de dos semanas de fiesta, que concluirían con un remolino de farolillos y petardos. "Ahora no es tan fácil volver a China -lamenta Xia, pragmática-, has de guardar cuarentena de varias semanas al llegar, y hay ciudades cerradas como medida de seguridad". 

Descartado el viajar al continente asiático, las restricciones en Ourense tampoco dejaron la opción de mucha fiesta. Tras el mostrador del Bazar Chino, en Celso Emilio Ferreiro, Feie Cheng lo resume con facilidad: "Allí, mucha reunión y mucha comida estos días; aquí, nada".

4.000 años de historia

El Año Nuevo Chino cuenta con más de 4.000 años de historia, coincide con el comienzo del ciclo de cultivo y despide el invierno, por lo que se conoce también como Festival de Primavera. Se trata de la segunda vez que la fiesta se celebra acompañada por el covid-19, ya que en diciembre de 2019 empezaron a detectarse casos en la ciudad de Wuhan. 

La comunidad china en la ciudad ya mira con esperanza a febrero de 2022: será, por cierto, el comienzo del Año del Tigre.



Wei Lian Xia (Restaurante Gran Pekín) | "Este año no nos reuniremos con la familia, no podemos"

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Los dragones que guardan la puerta del Gran Pekín hace tiempo que no ven comensales, pero dentro la actividad sigue. "Solo servimos a domicilio; tenemos clientes fieles, pero menos, porque a la gente le gusta el comedor", explica la gerente, Wei Lian Xia. Sobre el Año Nuevo, se muestra rotunda: "Este año, no haremos nada, no podemos reunirnos". 


Feie Cheng (Bazar Chino) | "Mi hijo está en China, ¡ellos lo están celebrando ahora!"

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Feie Cheng desbloquea la pantalla de su móvil y llama a su hijo, que responde sonriente. Está cocinando, y pocas horas antes estaba celebrando la primera cena de este Año Nuevo: "¡Enviaré fotos!", promete al reportero. En Ourense, su madre trabaja y se resigna a un cambio de ciclo sin fiesta: "Otros años sí reunimos a la familia, pero esta vez nada", reconoce.


Chen (Restaurante Hong Kong) "¿Fastidiado? Bueno, lo que estoy es aburrido, no se puede hacer nada"

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Chen se apoya sobre la barra del Hong Kong, hastiado: "Este año no podemos celebrar nada... Otros años nos juntábamos la familia y hacíamos una pequeña fiesta, en casa o en el restaurante, pero esta vez, nada", apunta, con gesto cansado. Ante la pregunta de cómo se siente, la respuesta es rápida: "¿Fastidiado? No, estoy aburrido".

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