La circulación quedó normalizada tras la intervención de doce trabajadores con dos excavadoras

La autovía a Santiago queda abierta al tráfico en Punxín pero la ladera deberá consolidarse

Varios coches circulan por la AG-53, tras la apertura de uno de los carriles. (Foto: Martiño Pinal)
Doce trabajadores con dos retroexcavadoras y dos camiones se emplearon a fondo ayer para poder abrir, primero un carril de la autovía AG-53 en dirección a Santiago y, más tarde, el otro. Los operarios procedieron a retirar la tierra y las rocas que se desprendieron de una ladera en la madrugada del domingo y cortaron el vial durante más de 10 horas a la altura del municipio de Punxín. La ladera será ‘cosida’ con hierros y hormigón para evitar más desprendimientos sobre la calzada.
Los conductores disponían en la tarde de un carril en la autovía AG-53 para circular en dirección a Santiago, después del desprendimiento de un ladera que mantuvo cortado el vial (dos sentidos) durante más de diez horas, entre las 05.00 y las 15.00 horas del domingo, en el municipio de Punxín.

Uno de los carriles quedó abierto a las 17.15 horas tras la intervención de 12 trabajadores (seis de la Xunta y los restantes de la empresa de conservación del vial), que utilizaron dos retroexcavadoras y dos camiones para retirar los escombros de la calzada. A esa hora, los operarios continuaban con las labores de limpieza y a las 20.45 horas lograban despejar el otro carril, el más cercano a la cuneta que fue donde se acumularon más cantidad de piedras y tierra. El desprendimiento obligó a cerrar el vial el domingo entre los kilómetros 85 y el 84,5.

Los técnicos de la Consellería de Medioambiente e Infraestructuras, junto con la Guardia Civil de Tráfico, decidieron reabrirlo a la circulación sobre las 15.00 horas del domingo, dando paso a los conductores que se dirigían a Santiago por uno de los carriles en sentido a Ourense. Esta situación se mantuvo hasta poco antes de las ocho de la tarde del domingo, cuando fue abierto uno de los carriles en sentido Santiago. Pero éste volvía a ser cerrado a las 10.00 horas por motivos de seguridad, para que los trabajadores retiraran los escombros sin el peligro de ser atropellados o provocar una colisión. La circulación quedó normalizada a las 20.45 horas, mientras los técnicos de la Xunta inspeccionaban la ladera, que será cosida con hierros, hormigón y una red metálica para evitar nuevos desprendimientos en la zona.

El conselleiro de Medioambiente e Infraestructuras, Agustín Hernández, lamentaba ayer las molestias ocasionadas a los conductores al tiempo que aseguraba que se actuó con rapidez.


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