Una de las grandes plagas que asuelan la ciudad continúa expandiéndose sin que el Concello ponga en marcha medidas para evitarlo. La cartelería ilegal invade ahora edificios tan emblemáticos como el del antiguo Banco de España.
La falta de respeto hacia el mobiliario público y hacia las normativas vigentes sigue traduciéndose en forma de carteles ilegales que invaden sin pudor y con total impunidad las paredes de la ciudad. En este caso, la plaga del papel y el pegamento sin control se ceba en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el del antiguo Banco de España.
De poco sirve, en este caso, que la ordenanza municipal en vigor desde 1997 contemple multas de hasta 3.000 euros por ensuciar la ciudad con anuncios ilegales. Los infractores, a sabiendas de que el Concello no hace absolutamente nada por aplicar su propia normativa, reiteran una y otra vez sus atentados contra el patrimonio que es de todos. De hecho, aunque es el centro la zona más castigada por esta práctica, ningún barrio escapa a los pegotes de papel.
De poco sirve, en este caso, que la ordenanza municipal en vigor desde 1997 contemple multas de hasta 3.000 euros por ensuciar la ciudad con anuncios ilegales. Los infractores, a sabiendas de que el Concello no hace absolutamente nada por aplicar su propia normativa, reiteran una y otra vez sus atentados contra el patrimonio que es de todos. De hecho, aunque es el centro la zona más castigada por esta práctica, ningún barrio escapa a los pegotes de papel.
