Los bolardos de acceso al casco antiguo contarán con un sistema óptico-acústico para incrementar la seguridad, tanto la de peatones como la de vehículos, disminuyendo así el riesgo de accidentes.
Así lo decidió ayer la Xunta de Goberno Local al aprobar el expediente de contratación para los 15 bolardos actuales que sirven de entrada y salida a la zona vieja. Son las de las calles Santo Domingo, Concordia (2), Alejandro Outeiriño, Doctor Marañón, Desengano, Vilar (3), Padre Feijóo, Xulio Prieto, Pena Corneira, San Francisco, Cruz Vermella y plaza San Cosme. El nuevo sistema incorporará una señal sonora que se mantendrá hasta el cierre del bolardo, mientras que el avisador luminoso se activará durante su funcionamiento.
Durante la sesión de ayer, acordaron también la contratación del control, mantenimiento y explotación del área termal de Outariz y Burga de Canedo a la asociación Aspanas, que se encargará de la gestión integral tras presentarse como única oferta. Hasta la fecha, el mantenimiento de los espacios se dividía por áreas. Por contra y a partir de ahora, un mismo servicio velará por aspectos como la seguridad, la vigilancia, la limpieza y desinfección de las instalaciones o la explotación del bar, entre otros. La superficie íntegra de la zona termal de Outariz y Burgas de Canedo comprende unos 6.000 metros cuadrados, delimitada por el río Miño, el paseo peatonal y el talud de la autovía.
Durante la sesión de ayer, acordaron también la contratación del control, mantenimiento y explotación del área termal de Outariz y Burga de Canedo a la asociación Aspanas, que se encargará de la gestión integral tras presentarse como única oferta. Hasta la fecha, el mantenimiento de los espacios se dividía por áreas. Por contra y a partir de ahora, un mismo servicio velará por aspectos como la seguridad, la vigilancia, la limpieza y desinfección de las instalaciones o la explotación del bar, entre otros. La superficie íntegra de la zona termal de Outariz y Burgas de Canedo comprende unos 6.000 metros cuadrados, delimitada por el río Miño, el paseo peatonal y el talud de la autovía.
