Pasadas las 6,00 horas, los viajeros se agolpaban, rodeados de cámaras en la estación, mientras algunos decidían inmortalizar el momento con un selfi. Entre ellos, un congresista, Celso Delgado, ilusionado: “Llevo 20 años en la comisión de Fomento, es un día muy feliz”. También para un emigrante, José Otero, encantado de usar el AVE en su vuelta a Florida, pese a que se lamentaba de que “no llegara 20 años antes”.
Un alaricano, Manuel Fernández, que recordaba “cando iamos á sega a Castela no tren, levábanos unha noite e medio día e agora ves isto e parece un milagro”.
Se emocionaba al contarlo mientras empujaba su maleta apenas cinco minutos antes de la partida, justo cuando, como un reloj suizo, llegaba el primer Avant de A Coruña y Santiago, del que los pasajeros se transferían al AVE en un abrir y cerrar de ojos. En el primer tren también estaban Herminia Gándara y Francisco González, un matrimonio de Bande que vivió 26 años en Madrid, y aprovechan la oportunidad. “Imos ver o fillo. Chegamos a tardar oito horas, e agora con dúas horas é unha marabilla”: Ya en marcha, en algo más de media hora se alcanzaron por primera vez los 300 km/h (máximo que permite el sistema de seguridad ERTMS), justo entre A Gudiña y la frontera con Zamora. En esa provincia se hace la única parada, en la que mucha menos gente que en Ourense.
Mientras, un fanático de los trenes, el limiano Jaime Peralta, que junto a María Digna Dafonte cogió el AVE solo para llegar, comprar un décimo y volver en el AVE siguiente, relata cómo “fun ao primeiro Alvia e quería ser o primeiro outra vez”.
A la vuelta, y con los vagones llenos, ourensanos que regresaban a casa, los Amigos do Ferrocarril, que hicieron un ida y vuelta exprés, una bebé de tres meses, Isabel, la más joven … Y también personajes como “Mikado” (en honor a una locomotora), un barcelonés que ha ido “a todos los primeros viajes del AVE, salvo al de Sevilla”.
Ayer, como no podía ser menos, hizo el Madrid-Ourense: “Salí de Barcelona a primera hora y vuelvo por la tarde”.
