Los consumidores perciben en su hogar un fuerte olor pero Aquagest dice que es ’totalmente potable’

El cambio de bombeo del Miño para el Loña intensifica la cloración del agua de la traída

Imagen del embalse de Cachamuiña, con nivel de agua suficiente para permitir el bombeo para el consumo de la ciudad.
Las últimas lluvias ya permiten a Aguagest bombear agua desde el embalse de Cachamuiña para abastecer a la ciudad. Desde hace nueve meses, todo el consumo llegaba desde el Miño que, según el gerente de la concesionaria, Henry Laíño, tiene un agua ’cristalina e insípida’ que apenas necesita tratamiento. Pero la misma calidad no la tiene el río Loña y la puesta en servicio de la presa obliga a incrementar los tratamientos, lo que provoca que el agua llegue con un fuerte olor a los grifos. Aquagest asegura que es potable.
El agua potable llega desde hace dos días a las casas y negocios de la ciudad con un fuerte olor químico e incluso partículas de barro, lo que generó quejas tanto en el Concello como en las oficinas de Aquagest. El gerente de la empresa, Henrri Laíño, y el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, garantizaban ayer la potabilidad del líquido elemento y achacaban la situación al cambio de bombeo del río Miño para la presa de Cachamuiña, en el río Loña. ’Llevamos nueve meses suministrando desde el río Miño para garantizar el consumo de la ciudad. El agua del Miño es cristalina, inodora e insípida, apenas necesita tratamiento químico y la del río Loña tiene otras características distintas’, afirmó Henrri Laíño.

La ciudad consume en la actualidad 450 litros cada segundo. Ayer, de esta cantidad, 150 litros eran bombeados a la depuradora municipal desde el embalse de Cachamuiña y los 300 restantes eran captados en el río Miño. Los dos bombeos estarán en funcionamiento durante varias semanas. ’Poco a poco iremos introduciendo más agua del río Loña, que tiene unas cualidades diferentes, hasta que la gente se acostumbre a ella. En una par de semanas ya no se notará el cambio’, aseguró el gerente de Aquagest.

El bombeo desde Cachamuiña obligó a la empresa a incrementar las dosis de productos químicos para que el agua llegue con todas las garantías a la ciudad. A la mala calidad del caudal del río Loña hay que sumarle los arrastres de materia orgánica. ’Se produjo una carga grande de arrastres dado que el río estaba prácticamente seco hace unas semanas. Pero los tratamientos químicos, siempre que estén dentro de los parámetros normales, no es lo importante, lo fundamental es que el agua llegue con todas las garantías de potabilidad a los vecinos’, apuntó Demetrio Espinosa, que está en permanente contacto con los técnicos de Aquagest para estar al corriente del cambio de bombeo.

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