Las situaciones de estrés al volante suponen un riesgo. Muchas de estas tensiones se generan en los atascos de la hora punta. En la ciudad, las salidas de los centros educativos son zonas de especial conflictividad.

Colapso diario a la salida del cole

Coches ocupando un carril de circulación a la salida de Josefinas. (Foto: JOSÉ PAZ)
A la salida de los colegios se mezclan varios sonidos. El timbre de las aulas da lugar a la algarabía de los alumnos, pero también el claxon de los vehículos comienza a funcionar. Y es que algunos de los atascos más importantes que se generan en la ciudad suceden en las inmediaciones de los centros educativos durante el comienzo y el final de la jornada lectiva, que coincide también con la hora punta de muchos otros desplazamientos.
Pocos minutos después de las dos de la tarde, en la calle Bedoya, a la altura del colegio concertado Concepción Arenal, numerosos coches obstruyen uno de los carriles a la espera de los niños. Según las normas de circulación, las paradas permitidas deben tener una duración inferior a los dos minutos y no se puede abandonar el puesto de conducción. Sin embargo, la mayoría de estos vehículos no cuentan con nadie en su interior, convirtiendo la parada en un estacionamiento irregular, que dificulta la circulación en una calle que, además, presenta una fuerte pendiente.

En el centro son conscientes de la situación y las características de la calle en la que se ubican. El presidente de la cooperativa que afronta la dirección del colegio, Rubén de Martín, asegura que están en conversaciones con el Concello de Ourense para abordar y solventar la situación. 'La alternativa del Camiño Escolar, por ejemplo, requiere también unas infraestructuras y, sin ir más lejos, la acera de enfrente al centro tiene tan sólo un metro de ancho', apunta Rubén de Martín. Espera 'noticias del Concello' para, con la vista en el próximo curso, tener una alternativa.

Pero esta misma situación se repite simultáneamente en diferentes puntos de la ciudad. Yolanda Álvarez, directora de Carmelitas en Ourense, otro de estos puntos conflictivos para el tráfico, explica que desde el centro informan a los padres sobre la situación que se produce e intentan inculcar en los alumnos buenas prácticas en cuanto a seguridad vial, 'pero, al final, la decisión de llevar o no a sus hijos en coche es personal de cada familia'.

Por su parte, en los viajes que organiza el colegio, en el momento de que el autobús recoja al alumnado, 'ponemos todas las medidas para que no interfiera con el tráfico'. En estas mismas ideas insiste el equipo directivo del colegio Josefinas.


SIN SOLUCIÓN A LA VISTA

Parece que se trata de un problema visible para todos, pero al que no se pone solución. El Concello mantiene que fomenta alternativas al vehículo particular, como el Camiño Escolar para incentivar que los niños acudan a pie a los colegios. En relación a las situaciones que, pese a sus iniciativas siguen produciéndose, apunta que surgen en momentos puntuales y muy concretos en el tiempo. Manifiesta que, tanto la Policía Local como la concellería están al tanto. Con todo, no se está intensificando la presencia de patrullas en estas zonas de atasco.

Para el Partido Popular, una de las causas principales de esta situación es el movimiento de alumnos a centros que no les corresponde. 'No se cumple la normativa, muchas personas cambian el padrón de su domicilio para que sus hijos acudan a otro centro', afirma el concejal popular José Luis Valcarce, lo que genera que la verdadera residencia diste más de lo debido del centro educativo, señala el edil.

Esto podría explicar que algunas de las situaciones más complicadas se produzcan en las inmediaciones de colegios concertados, aunque cada vez se esté generalizando más. De hecho, el presidente de la Federación de Ampas de Colegios Privados y Concertados de Ourense, Jaime Richter, considera que es una cuestión que sucede en la gran mayoría de los colegios, ya sean públicos o privados. Aunque la federación ha tratado las posibles alternativas, 'la decisión final depende de cada familia, sus necesidades y las circunstancias de cada jornada', concluye Richter.

A estas cuestiones se le sumaría lo que Valcarce define como 'gran permisividad' e insta al Concello a que 'no sólo contemple los derechos de los padres a llevar a sus hijos al colegio, sino los del resto de conductores'. Urge una solución que evite este colapso y los riesgos aparejados.

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