Operarios de Ecourense, la empresa adjudicataria del servicio de limpieza, comenzaron ayer a desbrozar el entorno de la antigua prisión provincial, después de que La Región alertase del estado de degradación y abandono en el que se encontraba.
Además de cortar la maleza, los trabajos se centraron en recoger también la basura que rodea al antiguo penal, entre la que destacaban jeringuillas usadas y otras huellas de consumo de droga en este punto de la ciudad, a escasos metros de uno de sus emblemas, As Burgas. Aunque el Concello ha decidido actuar en la zona ante el estado de degradación en el que se encontraba, fuentes municipales aseguran que esta tarea es, en parte, competencia de la Confederación Hidrográfica, toda vez que buena parte de esta maleza forma parte de las orillas del río Barbaña.
MALESTAR VECINAL
Mientras, los vecinos de la zona recibían con satisfacción la limpieza de la zona aunque esperan que se trate de un mantenimiento continuado y no de una acción puntual. No en vano, según aseguraba ayer el presidente de la Federación de asociaciones de vecinos Limiar, Manuel Carnero, 'llevamos recibiendo muchas quejas de vecinos de allí por el abandono en el que se encuentra la cárcel desde hace ya unos 20 años'. El responsable vecinal entiende que 'es una zona que necesitaría más control por parte de la Policía Local, por no hablar de cómo está la cárcel, que casi da miedo pasar por su lado'.
El entorno de la antigua prisión es, desde hace años, empleado como 'picadero' para el consumo de drogas, precisamente por ser un lugar discreto en el centro de la ciudad y en las proximidades del Casco Histórico, un barrio cuyos edificios o solares abandonados se utilizaban también como 'picaderos' en el pasado, situación que fue cambiando de forma paulatina en las últimas décadas con la recuperación de viviendas, calles y plazas. Precisamente esa experiencia permite ver que la recuperación de la prisión -el Plan Estratéxico de Termalismo prevé la construcción de un hotel balneario de lujo- impulsará también todo su entorno.
MALESTAR VECINAL
Mientras, los vecinos de la zona recibían con satisfacción la limpieza de la zona aunque esperan que se trate de un mantenimiento continuado y no de una acción puntual. No en vano, según aseguraba ayer el presidente de la Federación de asociaciones de vecinos Limiar, Manuel Carnero, 'llevamos recibiendo muchas quejas de vecinos de allí por el abandono en el que se encuentra la cárcel desde hace ya unos 20 años'. El responsable vecinal entiende que 'es una zona que necesitaría más control por parte de la Policía Local, por no hablar de cómo está la cárcel, que casi da miedo pasar por su lado'.
El entorno de la antigua prisión es, desde hace años, empleado como 'picadero' para el consumo de drogas, precisamente por ser un lugar discreto en el centro de la ciudad y en las proximidades del Casco Histórico, un barrio cuyos edificios o solares abandonados se utilizaban también como 'picaderos' en el pasado, situación que fue cambiando de forma paulatina en las últimas décadas con la recuperación de viviendas, calles y plazas. Precisamente esa experiencia permite ver que la recuperación de la prisión -el Plan Estratéxico de Termalismo prevé la construcción de un hotel balneario de lujo- impulsará también todo su entorno.
