Condenado por tocar los pechos a su vecina y ofrecerle 20 euros si no lo denunciaba

El acusado, en el banquillo el día del juicio.
photo_camera El acusado, en el banquillo el día del juicio.
“Si uno no hizo nada malo no tiene silencio que comprar”, dice la jueza

Ofreció a su vecina 20 euros para que no contase que se abalanzó sobre ella y le tocó los pechos, pero la “jugada” le salió mal. Ahora deberá pagar a la Administración de Justicia 2.700 euros y las costas del procedimiento penal por abusos sexuales que siguió contra él tras la denuncia de la víctima. La jueza del Penal 2 condenó a Ángel F.F. a 18 meses multa -con cuota de 5 euros al día- y le impide, además, acercarse a la denunciante a menos de 50 metros o comunicar con ella durante tres años. El fallo no es firme porque la defensa recurrió el fallo ante la Audiencia.

Los hechos sucedieron el 25 de febrero de 2021 en Merens (Cortegada). La mujer estaba en una finca cuando el acusado apareció y comenzó a conversar y seguirla. Le llegó ofrecer droga pero ella la rechazó. Posteriormente, la siguió hasta el gallinero y se agarró sus partes íntimas hasta que en un momento dado la acorraló, se abalanzó sobre ella y le tocó los pechos. Ella se apartó como pudo y echó mano de un machete para cortar leña para que se fuera. Al poco tiempo, regresó con un billete de 20 euros para que no contase nada.

Pese a que Ángel negó rotundamente el delito que se imputaba, la magistrada tuvo en cuenta el relato de la denunciante  “porque reúne plenamente todos los requisitos que la jurisprudencia exige para que pueda constituir prueba de cargo suficiente para entender debidamente desvirtuada la presunción de inocencia que asiste al acusado”. Aunque en el juicio no lo admitió porque solo contestó a su letrada, el fallo tiene en cuenta la declaración del inculpado en la fase de instrucción, cuando reconoció que le ofreció 20 euros y que su vecina lo amenazó con un machete. “No concebimos que el acusado haya podido admitir esos hechos sin ser ciertos”, asegura la jueza. Con estos dos extremos, dados por ciertos, “el relato de la denunciante queda plenamente corroborado”. No concibe la juzgadora que en el caso de haber sucedido una conversación banal y cordial entre dos vecinos, tal como da a entender el inculpado, “que la denunciante se hubiera visto en la necesidad de tener que esgrimir un machete”. 

La explicación ofrecida por el acusado de que le ofreció dinero  para que no contase nada por el pueblo porque se puso a gritar como una loca no convence a la magistrada. “Si uno no ha hecho nada malo, no tiene silencio alguno que comprar”, razona.  Y añade que gritó porque porque experimentó peligro. Sin olvidar, que llamó a una amiga para relatarle lo sucedido y después se lo contó a su pareja. 

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