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Bóveda: “Si Curros Enríquez y Rosalía tienen una fundación, ¿por qué no Blanco Amor?"

Eduardo Camilo Boveda
photo_camera Eduardo Camilo Bóveda, con una prima, en una visita a Galicia.

Reconoce que cuando escucha hablar de su Montevideo natal "todavía se me ponen los pelos como escarpias".

 Eduardo Camilo Bóveda lleva 35 años viviendo en Cataluña y ya no se imagina su vida en otro lugar. Pero las raíces de este uruguayo también son gallegas. Eduardo Camilo es sobrino y ahijado de Eduardo Blanco Amor. Es, hoy por hoy, el único pariente directo vivo del intelectual ourensano. Empeñado en mantener el legado de su padrino, forma parte del patronato de la Fundación Eduardo Blanco Amor, que en pocos días se presentará en sociedad. 

¿Cómo nace la idea de crear la Fundación Eduardo Blanco Amor? 

En la Ínsua dos Poetas, en 2015, se hizo un monumento a Eduardo y me invitaron a subir al escenario para que dijese unas palabras. Subí y dije que si Rosalía de Castro y Curros Enríquez tenían una fundación, ¿por qué Eduardo no podía tener otra, si era hijo de Auria, y quería tanto a Ourense, y era uno de sus mejores exponentes literarios? Cuando le tocó subir al estrado a Manuel Baltar, respondió: "Ante esta petición, vamos a dar para adelante a la Fundación Eduardo Blanco Amor".

El presidente de la Diputación ni se lo pensó... 

No se lo pensó. Subió y lo dijo. Y la verdad que hay que reconocer que es uno de los que ha ejercido mayor influencia para tirar adelante. Él; Luis González Tosar, que anduvo proclamando el nombre de Eduardo Blanco Amor por todos los sitios; y Ángeles Fernández, la bibliotecaria del Instituto Valcárcel, que fue la que reunió todo lo que se había adquirido en la Diputación de Ourense a la muerte de Eduardo. Porque siempre se hablaba de una fundación para Eduardo, pero todos agarraban la antorcha y nadie la encendía. Hasta que llegaron ellos y la encendieron. Y ahora esta entidad ya está en marcha.

¿En qué estado se encuentra el proceso de creación? 

Estoy pendiente de que el notario de Ourense me envíe un fedatario para que yo registre mi firma, que es la única que falta. Y creo que dentro de unos cuantos días se hará ya la presentación oficial.

¿Cuál será la misión de la Fundación Eduardo Blanco Amor? 

La fundación debe instituir un premio Blanco Amor anual, no a nivel de ayuntamiento sino a nivel de fundación. Se trata de poner en valor cuentos, ensayos, conferencias, etc; y al mismo tiene la misión de promover entre la juventud la literatura ourensana.

¿Considera que la creación de la fundación es un método de mantener vivo el legado del escritor ourensano? 

Por supuesto, porque los monumentos son muy bonitos, pero no expresan nada. Como decían los italianos: "Aquí estuvo Giuseppe Garibaldi", pero ¿qué hizo Giuseppe Garibaldi? Con esto quiero decir que los monumentos expresan, pero ¿el qué? Eso es lo que tiene que hacer la Fundación, promover su obra para que los niños que vayan naciendo en Ourense sepan quién fue Eduardo Blanco Amor.

¿Qué significaba Ourense para él?

Era su Auria querida. A mi padre siempre le decía "tengo dos patrias, en una nací y en la otra vivo". Mi tío se pudo quedar en Argentina, pero quiso volver. 

¿Le pudo la morriña? 

Él siempre quiso volver a su Ourense natal. Las raíces son las raíces: son donde te criaste, donde fuiste a la escuela, donde hiciste tus primeros amigos, donde diste tu primer beso, son las calles por las que caminabas. Y las raíces de Eduardo eran Ourense, su Auria.

¿Cree que le devolvió su patria ese afecto? 

Yo creo que la ciudad de Ourense está haciendo justicia. La ciudad y el mundo de la cultura en general.

¿Cuál considera que fue su mayor homenaje? 

Con el film "A Esmorga" se ha cumplido uno de sus deseos. Ya se había rodado una primera película en América, que era "La Parranda", el título que recibe allí la obra, pero no era lo que quería Eduardo. Eduardo quería una "A Esmorga" en gallego, con actores gallegos y dentro de Ourense.

¿Quién quiso que fuese Eduardo Blanco Amor su padrino? 

Fue mi padre el que quiso que Eduardo fuese mi padrino, y él se comprometió telefónicamente con mi padre. Pero en el momento en que me iban a bautizar, Eduardo no aparecía y mi padre decía que si Eduardo no llegaba de Buenos Aires, me apadrinaría mi tío Toto, el cuñado de mi madre. Y en ese instante, entró por la puerta Eduardo, que había venido a Montevideo en avión, con un retraso de dos horas, y dijo, "aquí estoy yo, el único padrino de Lalo -como llamaba Blanco Amor a su ahijado-".

¿Cuál es el mayor recuerdo que conserva de su padrino? 

Recuerdo que, yo tenía unos 14 años, me llevó al Teatro Buenos Aires a un concierto de Marisa Regules, que era una de las principales pianistas del país de aquel momento. Y yo me quedé dormido. Un concierto de piano, en primera fila, con 14 años... Yo en aquella época pensaba en otras cosas, en jugar con las canicas. Al salir, mi tío me dijo: "Evidentemente Lalo, no te tenía que haber traído al concierto, te tendría que haber llevado a un partido de Boca Juniors" (risas).

¿Volvió a llevarle a algún otro concierto? 

No, nunca más (risas). Cuando venía a Montevideo se quedaba en casa, y me llevaba con él de vacaciones. También recuerdo que mi primer traje blanco de palmiche me lo regaló él. Me compraba ropita cuando venía porque quería que su sobrino estuviese vestido como él quería.

¿Era Eduardo Blanco Amor "una persona especial", como en su día lo definió su otra ahijada Marita Bóveda? 

Por supuesto. Era una persona muy bondadosa, cariñosa. Era como un segundo padre. Sí, era una persona especial. También era muy amigo de sus amigos, jugaba con lealtad. Y tenía una virtud: decía las cosas a la cara. Por eso, muchas veces fue criticado. 

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