Los 2.561 fallecimientos más que alumbramientos continúan una tendencia que se lleva produciendo en la provincia desde hace tres décadas

Las defunciones duplican a los nacimientos

Transeúntes en la calle del Paseo. La ciudad aglutina casi la mitad de los nacimientos que se produjeron durante el 2010 en la provincia. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La sangría poblacional de la provincia no se detiene.El avance de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el Movimiento Natural de la Población evidencian, una vez más, el saldo vegetativo negativo que arrojaron en 2010 los nacimientos y las defunciones. Y es que aunque el número de bebés se mantuvo en cifras similares a las del año anterior (2.055 frente a 2.058 en 2009), los fallecimientos han aumentado ligeramente y continúan doblando ampliamente a los alumbramientos.
De este modo, el año pasado fallecieron en la provincia 4.616 personas, 102 más que el anterior. Dicho de otra manera, en 2010 murieron 2.561 personas más de las que nacieron.

Estas cifras dejan a la provincia a la cabeza de las que presentan un peor saldo vegetativo (la diferencia entre nacimientos y fallecimientos) en el conjunto del Estado, después de Asturias (-4.930) y Lugo (-2.577). Los mismos datos reflejan, además, el paulatino abandono del rural ourensano, puesto que la ciudad -único municipio del que se ofrecen datos en este avance del INE- es el lugar de residencia de 925 de las 2.055 mujeres que fueron madres en 2010, mientras que los fallecidos en la capital sumaron 1.161 de los 4.616 del total.

Más allá de las últimas cifras, la peor noticia para la demografía ourensana se encuentra en las series históricas. Hay que remontarse hasta 1979 para que la estadística arroje un saldo favorable de nacimientos (4.389) frente a las defunciones (4.223).

Con la llegada de los 80, la balanza empezó a inclinarse en favor de los fallecimientos, aunque no fue hasta mediados de esa década cuando los alumbramientos bajaron de los 3.000 anuales, una cifra que ya no se ha vuelto a alcanzar desde entonces (1985). Esta caída de la natalidad fue en picado hasta que en 2004 se produjo el menor número de nacimientos de los últimos 35 años (1.901).

El repunte logrado en 2008, con 2.156 bebés nacidos, no fue más que un espejismo en lo que respecta a la recuperación de la natalidad, puesto que el número se ha visto reducido en los últimos dos años.

En el lado contrario, las defunciones se mantienen estables en torno a las 4.500 anuales. El envejecimiento de la población es el motivo esgrimido desde el Instituto Nacional de Estadística para explicar la elevada tasa de mortalidad (en Ourense es del 14,2 por cada mil habitantes) que presentan Galicia, Asturias y Castilla y León.

Por lo que atañe al ámbito gallego, Ourense es la segunda provincia, después de Lugo - 4.790 fallecimientos y 2.213 nacimientos- con el peor saldo vegetativo, seguido de A Coruña, con un resultado negativo de 2.321 defunciones más que nacimientos -en 2010 se produjeron 11.722 fallecimientos frente a 9.401 alumbramientos- y de Pontevedra, donde la diferencia fue de 240 muertes más -8.660 defunciones y 8.425 nacimientos en esta provincia-.

MÁS MATRIMONIOS CIVILES

Otros de los datos que arroja este avance del Instituto Nacional de Estadística es el de la nupcialidad. Los matrimonios exclusivamente civiles (480) superaron ya en la provincia a los celebrados por la Iglesia católica (437) y sólo uno siguió otro rito religioso, que las estadísticas no concretan. De esta forma, se invierte una tendencia histórica que ya se percibía en 2009, cuando las 455 bodas civiles se acercaron a las 478 católicas. Además, las 927 uniones del año pasado dejan a 2010 como el de menor número de enlaces de la pasada década, después de que en 2009 se hubieran registrado 936.

A pesar de estas cifras en la provincia, Galicia es la única comunidad en la que aumentó la tasa de nupcialidad, aunque muy ligeramente. En las provincias gallegas se registraron 9.930 enlaces matrimoniales durante el año pasado. A nivel estatal se celebraron 169.020 enlaces, un 3,6% menos que el año anterior. En el 21,5% de estos enlaces al menos uno de los dos cónyuges era extranjero. Los matrimonios entre personas del mismo sexo representaron el 2,1% del total frente al 1,7% de 2009.

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