Economía

La despoblación amenaza el futuro de veintitrés municipios ourensanos

El Banco de España asegura que 3.402 núcleos de población del país tienen graves problemas para su supervivencia 

El 42 por ciento de los municipios españoles están en riesgo de despoblación. Son en total 3.402 los que ha identificado el Banco de España en su informe anual en el que dedica por primera vez una parte de su estudio a analizar la distribución de la población en España. El organismo finaciero se muestra preocupado por estos datos, muy alejados de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, como Italia, Francia o Alemania, donde ese riesgo se reduce al 4, al 7 y al 1 por ciento, respectivamente. 

Las implicaciones son enormes porque dibujan un país a dos velocidades, donde el 80,8 por ciento de la población se concentra en las áreas urbanas. Porcentaje que incluso continuará creciendo en años sucesivos hasta alcanzar el 86,6 por ciento en 2050. Para el Banco de España esto representa un problema para el conjunto del país, en primer lugar por la pérdida de núcleos poblacionales, pero también por los riesgos para el medio ambiente, con un previsible aumento de incendios en zonas deshabitadas o de baja ocupación, así como la disminución de la biodiversidad.

Lo que ocurre en el resto del país tiene su correlación con lo que sucede en la provincia de Ourense, donde el organismo supervisor identifica 23 municipios en riesgo, lo que supone el 25 por ciento de la provincia.  Se trata de Baltar, O Bolo, Calvos de Randín, Carballeda de Valdeorras, Castrelo do Val, Chandrexa de Queixa, A Gudiña, O Irixo, Laza, Lobeira, Lobios, Manzaneda, A Mezquita, Montederramo, Parada de Sil, San Xoán de Río, A Teixeira, A Veiga, Verea, Viana do Bolo, Vilar de Barrio, Vilardevós y Vilariño de Conso. 

Características

Es la provincia gallega con mayor número de concellos en riesgo de despoblación, le sigue Lugo, con 17, y A Coruña, solo con uno, Monfero. En el caso de Pontevedra no existe ningún municipio incluido en este listado. El Banco de España considera como municipios en riesgo de despoblación aquellos en los que se cumplen tres variables: crecimiento negativo de la población entre 2001 y 2018; mayor número de defunciones que de nacimientos en cada año desde 2001 hasta 2018, así como una densidad de población inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado.

 Un núcleo de población no ingresa en esta lista de forma voluntaria, sino que se dan una serie de circunstancias que lo empujan a ella. El organismo financiero identifica las siguientes: En términos demográficos presenta una población muy envejecida, cuenta con menor proporción de población femenina y también menor número de extranjeros. A nivel geográfico se localizan a mayor altitud sobre el nivel del mar (714 m. de media), a más distancia de la capital o mayor de la costa. En el ámbito socioeconómico tiene gran peso el sector primario, y presentan déficit de servicios frente a las ciudades. 

La pandemia trajo un cambio de tendencia y esperanza al rural

Pero el Banco de España deja alguna puerta abierta hacia la esperanza y lo hace tras los cambios producidos en el mercado laboral por la pandemia. En su informe anual expone que el 30 por ciento de las empresas que han recurrido al teletrabajo en ese período tienen intención de continuar utilizándolo. Y en relación a este dato añade que las transacciones de viviendas en municipios rurales han pasado de una media del 11 por ciento en el período 2013 a 2019, para incrementarse hasta el 15 por ciento en septiembre de 2020.  

Por último, también ofrece un dato revelador sobre la estadística de migraciones del primer semestre de 2020, “el primero en el que la provincia de Madrid presenta saldo migratorio interprovincial negativo desde la crisis financiera de 2008”, es decir la primera vez que esta provincia pierde población en lugar de ganarla. Lo que no explica es si estamos ante un cambio de tendencia o ante un hecho puntual por la pandemia. 

Pero lo que sí existen son nuevos nichos de mercado donde las zonas rurales pueden jugar un importante papel. La presencia de población envejecida puede ser una oportunidad para crear iniciativas desarrolladas en torno a la denominada "tercera edad".

La extensión de las nuevas tecnologías a los núcleos remotos y la formación digital de esos usuarios ayudan a las empresas tecnológicas a ganar nuevos clientes. Pero también generan nuevas oportunidades laborales y benefician la llegada de teletrabajadores. 

Finalmente destaca el impulso de fuentes de energía alternativas, eólica y solar sobre todo, que representan una oportunidad para el mundo rural. 

Los ejemplos de países como Japón e  Italia y las Tierras Altas de Escocia

El Banco de España expone medidas para paliar esta situación y toma como ejemplo Escocia, Japón e Italia. En el primer caso se refiere a las Tierras Altas de Escocia un lugar donde su población  pasó de caer más de un 15 por ciento entre 1900 y 1965 a crecer más del 20 por ciento desde la creación de una agencia para el desarrollo, Highlands and Islands Enterprise . Entre las decisiones adoptadas destacaba la adaptación de la oferta educativa a las necesidades del tejido empresarial con el objetivo de retener el talento joven en la región, una cuestión relevante y que además tiene una enorme incidencia en los pueblos españoles. En paralelo se incentivó el emprendimiento a escala local, a través de empresas de economía social.

Concentrar municipios

En el caso de Japón, el Banco de España recuerda que es un país con un grave problema de envejecimiento muy acentuado en las áreas rurales. Frente a ello crearon una estrategia de “compactar y conectar” consistente en la agrupación y reducción del número de municipios que pasó de 3.200 a 1.700 entre el año 2000 y el 2013. Este proceso no se limitaba a una mera agrupación de entidades administrativas, sino que respondía a una planificación integral con el objetivo de aprovechar las oportunidades de cada grupo de municipios en torno a un núcleo central con capacidad tractora y especial énfasis en la retención de la población joven, en línea con la experiencia escocesa.

Finalmente está el caso de Italia, con una agencia creada en 2013 para el diseño y la coordinación de proyectos financiados con fondos estructurales y europeos para acometer políticas de desarrollo local e innovación en la provisión de servicios en zonas rurales. 

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