El envejecimiento y la baja natalidad lastran el futuro del medio rural

Las posibilidades de conseguir trabajo y vivienda a precios bajos son determinantes para lograr nueva población infantil y frenar la despoblación en el medio rural, que en Ourense es la mayor parte de su superficie.
Sólo los alicientes de empleo y casa -en un momento de grave crisis económica- para atraer a familias foráneas podrían dar la vuelta a la triste, sino dramática, proyección que el Instituto Nacional de Estadística ha calculado para la población ourensana. Porque los datos, facilitados hace tan sólo una semana, muestran que dentro de 10 años, la provincia tendrá 31.376 habitantes menos, colocándose ya por debajo de los 300.000; es decir, cederá el 9,7% de su población en la próxima década, una sangría de momento imparable.

El fuerte envejecimiento y la baja natalidad, con más incidencia en el medio rural, constituyen los principales factores, que agravarán la crisis. De hecho, los estudios demográficos apuntan que fallecerán una media de 4.600 personas cada año, cifra que irá descendiendo, aunque sólo muy levemente, a lo largo de la década. Mientras, el número de nacimientos -que al final de la etapa de bonanza económica superaba los 2.000 cada ejercicio- mantendrá una tendencia decreciente en el próximo decenio. Para 2021 quedarán por debajo de los 1.500 niños nacidos al año.

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