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Estertores y agónicas esperas

La Cámara escenificó de la peor manera sus problemas económicos malgastando una oportunidad. El Club Ourense Baloncesto espera que los demás ayuden a solucionar los suyos. Mala cosa.

Lunes, 30 - El casco histórico y su tráfico singular

Alguien creyó un día que el principal problema del casco histórico de la ciudad era el tráfico (el de coches, no el de drogas, aunque había más del segundo que del primero), cuando lo que hacía falta era mucho más que retirar los automóviles de tan noble zona. La circulación se redujo, pero en parte, cuando se pusieron los famosos pivotes contra los que se estrellaron decenas de coches, no siempre por culpa de sus conductores. Hoy sigue siendo una coladera: camiones que desde el jueves a mediodía aparcan para surtir de material a los pubs de la zona, hasta papás y mamás que traen al niño en coche a la puerta del cole aunque vivan al lado. El periódico contaba el lunes que el Concello proyecta eliminar los bolardos y pide ideas a las empresas que opten a regularizar el acceso. Aquí les damos, y gratis, una idea que ya expusimos en su día: qué tal poner una simple señal de dirección prohibida. El dinero que se dedica a lo demás, bien podría destinarse a la recuperación de una parte de la zona antigua, que está que se cae. Por desidia, no por tráfico. Ni siquiera de drogas.  

Martes, 31 - Los empresarios y la Ley de Murphy

Una convocatoria a destiempo, apurada a golpe de llamada de teléfono y a última hora, unos asistentes incrédulos, una mesa presidencial cuya mitad quedó muda, un acto improvisado y sin hilo conductor, una sucesión de discursos voluntaristas, unas invocaciones a la política que estaban fuera de lugar, unos aplausos en play back, un coloquio inexistente, un foro que concluye como empieza, sin saber qué hacer... La reunión de empresarios el lunes en el Liceo para salvar a la Cámara de Comercio tenía todos los ingredientes de un pésame por la institución más que una operación a corazón abierto y con lo más granado de la ciencia encima de la mesa de operaciones para que no se nos vaya el enfermo.

Ya lo dicen las hilarantes leyes de Murphy: "si algo está predestinado a que salga mal, no te preocupes, saldrá mal". Y salió. No porque la pretensión no fuese noble, que lo era, sino porque no se puede defender aquello en lo que no se cree. El más sincero fue Paco Rodríguez, presidente de la CEO durante 16 años, al decir que en tiempos creyó que la Cámara de Comercio no valía para nada y aún por encima había que sostenerla con cuotas obligatorias. Reconoció que era un error, pero lo reconoció tarde. La Cámara ha sido esa institución "que no vale para nada" y ahora, cuando da sus últimas bocanadas, nadie quiere oficiar el funeral. El acto del pasado lunes, con la situación de la Cámara como disculpa, fue el vivo retrato de lo que está siendo el movimiento asociativo empresarial: una foto color sepia de un colectivo que se reivindica en su lucha por retener una buena imagen que se va por el aliviadero. Y, mientras tanto, los organizadores del acto del lunes tenían una sola bala. Decidieron dispararla al aire para ver si daban en la diana. Y fallaron.  

Miércoles, 1 - Más posibilidades de necesitar que de dar

Con todas las dificultades del envejecimiento, de las trabas morales, de las negativas de los familiares, las donaciones de órganos crecieron el año pasado en Ourense un 50%. Un texto publicado hace unos días señalaba que estadísticamente tenemos muchas más posibilidades de necesitar un trasplante de órganos o tejidos que de ser donantes. Quizá la reflexión ayude a convencer a las 32 familias que se negaron a donación el año pasado.

Jueves, 2 - Emigración, sí, pero mejor si queda cerca

Vaya, los números indican que nuestra emigración es muy de andar por casa. Que cuando la oficialidad habla de un éxodo de ultramar de nuestros jóvenes en la búsqueda de un empleo del que se encuentran privados en su tierra, los datos demuestran que la mayor parte va a Vigo, a A Coruña y, como muy lejos, a Mardid. La emigración siempre es más liviana si tiene un paréntesis cuando llega el viernes y se puede regresar a dejar la bolsa con la ropa sucia en casa de los padres.

Viernes, 3 - La rutina de cada principio de mes

Los primeros días de cada mes son para las matemáticas. Para mirar si has cobrado, para pagar los recibos, para contar parados. El dinero está ingresado, las deudas domiciliadas y los desempleados, identificados. Tenemos 714 menos. En eso se ha convertido cada principio de mes. En una rutina, como la desempleo y sus justificaciones. Siempre las mismas a favor. Las mismas en contra.

Sábado, 4 - Diez meses para llegar hasta aquí

Diez meses después, vuelve el dejà vu del Club Ourense Baloncesto y su deseo de entrar en la ACB sin dinero. La oposición vetó en el Concello de Ourense la posibilidad de la concesión de un aval que tape en parte las vergüenzas económicas del club. Es un asunto con muchas aristas y cuya solución se ha dejado en manos de la política y nada bueno puede salir de ahí, sobre todo en el Concello. Demos por buenas las razones de unos y otros para defender o tumbar el acuerdo. Quedémonos solo en un hecho colateral, pero que tiene su miga.

Muchas otras ciudades son capaces de estar donde Ourense no llega, que han tenido similares problemas y los han solventado. Esta es una ciudad que se reivindica en el no. Cuyos representantes montan a destiempo un debate sobre sus instituciones deportivas, que sacan pecho por paralizar proyectos a un gobierno en minoría, que los que no suman son incapaces de sumar más y los que están en la oposición solo hacen a diario méritos para seguir en ella. El club tuvo diez meses para intentar una solución, el grupo de gobierno del Concello para hacer una propuesta creíble y la oposición para justificar su voto en contra. Pero el tiempo pasó y las posibilidades de solución se agotan. Mientras, los aficionados, sorprendidos al ver  como la culpa se pasea de un lado a otro, sin que nadie la quiera. Suya no es. 

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