Un estudio del Centro Tecnolóxico da Carne analiza la competitividad de las empresas del área

Explotaciones muy pequeñas lastran el sector alimentario

El público sigue con atención la presentación del informe agroalimentario. (Foto: Miguel Angel)
El sector agroalimentario gallego cuenta con una importante estructura de recursos que le han otorgado una posición buena en el mercado, pero si quiere ser competitivo ante los retos que se presentan debe innovar y cooperar. Es una de las principales conclusiones del estudio 'La industria agroalimentaria gallega', que ayer fue presentado en el Centro Tecnolóxico da Carne (CTC), ante profesionales y empresarios del sector. El acto contó con la participación de Samuel Juárez, conselleiro de Medio Rural (que después se desplazó a Beariz); Miguel Fernández, director del CTC; y Jacobo Gómez, coautor del estudio.
El análisis apunta que los principales problemas del sector agroalimentario gallego son el reducido tamaño de las explotaciones y su alto grado de atomización, la gran dependencia de las subvenciones en algunos subsectores o la escasa cultura empresarial de coo-peración o I+D en el sector. Además, la falta de relevo generacional y de mano de obra, la incertidumbre sobre los efectos que pueda tener el cambio climático en la producción o el predominio de canales de comercialización que minimizan el poder de negociación del productor constituyen las principales amenazas a las que se enfrenta. No obstante, se trata de un sector con un elevado peso en producción y ventas, reconocido prestigio e imagen de calidad y que cuenta con el apoyo de centros tecnológicos. Debe aprovechar, asimismo, las oportunidades que se abren en el mercado de la Eurorregión (con siete millones de habitantes), potenciar su desarrollo estableciendo lazos con el turismo o aprovechar el incremento de la demanda de productos de calidad.

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