La familia del preso asesinado no se fía de la versión oficial

La familia de Jacobo Rivera Regueiro, el recluso ourensano de 26 años que falleció el pasado martes en la cárcel Puerto III de Cádiz a manos de otro recluso, valora la posibilidad de emprender medidas legales para esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de su hijo.
El joven, que estuvo vinculado al mundo de las drogas, cumplía pena por delitos de lesiones en el citado centro penitenciario en régimen de primer grado. Sus allegados, critican la falta de argumentos de Instituciones Penitenciarias para explicar lo ocurrido, organismo que comunicó la muerte del recluso a la familia el pasado martes por la noche. Al parecer, Jacobo Rivera murió estrangulado por un preso tras compartir el tiempo de recreo con otro interno. Fuentes cercanas al caso explican que se trataba de un joven 'que no acataba la disciplina' y que, por ello, terminaba envuelto en reyertas. Confirman, además, que sus allegados nunca llegaron a conocer la pena que le quedaba por cumplir, a pesar de que había ingresado en un principio por una condena de 18 meses de cárcel.

Sus padres, seriamente afectados, valoraron que 'roubáronnos un fillo con 18 anos e devólvennos un corpo oito anos despois'. Critican especialmente la falta de vigilancia que reinaba en el momento de los hechos, por lo que 'iremos ata o final' con el fin de depurar responsabilidades. Por todo ello, aseguran que, casi con certeza, se personarán en la causa para investigar lo ocurrido y que todas las indemnizaciones que puedan corresponderles las donarán a fines sociales. El entierro del joven tendrá lugar mañana en la ciudad.

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