La fiesta se asegura su recambio generacional

Los bebés también estuvieron presentes en las comparsas. (Foto: Martiño Pinal.)
El recambio generacional parece estar asegurado en las tradicionales fiestas de Carnaval, a juzgar por la masiva presencia infantil, incluso de recién nacidos ataviados para la ocasión en brazos de sus padres. Con disfraces más o menos sofisticados, los participantes en el desfile de la ciudad coincidieron en remarcar que lo importante es 'conservar la tradición'. Una tradición cuya principal base no es otra que la diversión.
Por eso la música, enlatada o en directo, acompañó las comparsas en todo su recorrido e hizo mover el esqueleto a jóvenes y mayores convirtiendo las calles de la ciudad en una suerte de discoteca al aire libre, al más puro estilo de los carnavales cariocas. El culmen de los festejos se vivió al remate del desfile, ya en la Praza Maior, donde casi no cabía ni un alfiler y la celebración se extendía por los aledaños. Las bajas temperaturas dieron una tregua durante la tarde, aunque a medida que se fue acercando la noche se hizo más duro aguantar hasta el fin de fiesta.

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