El desembarco militar ha contribuido también durante los últimos años a dinamizar la economía de los concellos
Dos ciclistas aficionados, en una de sus habituales rutas por la comarca de Viana, llegan a un alto de un monte y se encuentran con una patrulla de militares de la Operación Centinela Gallego. Lejos de sorprenderse o preguntarse por qué están allí, ven con toda naturalidad su presencia, acostumbrados durante los últimos verano a que el Ejército patrulle esa zona para prevenir los incendios forestales.
"Es a lo que estamos acostumbrados, ven de una manera muy favorable nuestra presencia, la gente es súper agradecida", destaca el jefe del área Halcón, Alberto Bonilla, que destaca la "excelente acogida" que le han proporcionado, por ejemplo, desde el Concello de Viana do Bolo.
Esas facilidades les permiten, por ejemplo, disfrutar del centro educativo para instalarse y descansar, una situación que valoran especialmente. "Acostumbrados muchas veces a dormir en tiendas de campaña en pleno monte, esto es una maravilla, muy cómodo, lo que facilita la organización, el descanso y el trabajo", indica el militar.
Vida a los pueblos
Su presencia en Ourense supone también para la economía del rural ourensano una dinamización económica, ya que cada día se reparten por los negocios hosteleros de las comarcas para comer y cenar, con el consiguiente desembolso.
Además, con el objetivo de favorecer a la mayor parte de restaurantes y bares posibles, cada día se reparten por diferentes zonas. La acogida siempre ha sido "maravillosa", reitera Bonilla, que relata que incluso ven como los hosteleros les ofrecen descuentos para demostrárselo.
