Antonio Fernández Blanco, el sacerdote que había sido suspendido de sus funciones pastorales por el Obispado, asistió ayer al pleno de A Gudiña en el que el alcalde, el popular Guillermo Lago, dio cuenta de su renuncia como concejal por el grupo socialista. Fue una sesión que transcurrió muy tranquila y en la que el secretario leyó el escrito presentado por el cura en el que alegaba para su dimisión 'motivos personales'.
Aunque oficialmente ya no forma parte de la Corporación de A Gudiña, las autoridades eclesiásticas (que le habían prohibido ejercer el sacerdocio si continuaba su actividad política) no se habían pronunciado todavía en el día de ayer sobre su destino, después de levantar la suspensión hace escasos días, tras recibir la copia del escrito de su renuncia como edil.
Antonio Fernández continúa manteniendo su más absoluto mutismo sobre todo lo acontecido.
Ayer, una vez más, se negó a hacer declaraciones, señalando únicamente que 'fun ó pleno porque se ía ratificar a miña renuncia como concelleiro'. Por lo demás, tampoco quiso aclarar si se hará cargo nuevamente de las cuatro parroquias de Piñor, tal y como reclaman los feligreses, o si tendrá otro destino. 'Non sei nada', contestó de forma escueta. El sacerdote asistió al pleno respaldado por la secretaria de organización de los socialistas, María Quintas; el exalcalde de Vilardevós José Luis Pérez García, y el regidor de Castrelo do Val y secretario comarcal, Vicente Gómez. Quintas señaló que los socialistas lamentan que o caciquismo do PP e as presións exercidas pola Igrexa cumpran os seus obxectivos, conculcando a un cidadán libre un dereito fundamental.
Entre tanto, fuentes del Obispado manifestaban ayer que aún no está decidido el destino de Antonio Fernández. 'Se mantendrán reuniones y se contará con su opinión', matizaron las mismas fuentes sin precisar fecha.
Modesto Gómez, presidente de la plataforma de vecinos que reclaman el regreso del cura, reivindicó ayer su independencia de cualquier connotación política en este asunto, asegurando que quieren al sacerdote por su buen hacer.
Antonio Fernández continúa manteniendo su más absoluto mutismo sobre todo lo acontecido.
Ayer, una vez más, se negó a hacer declaraciones, señalando únicamente que 'fun ó pleno porque se ía ratificar a miña renuncia como concelleiro'. Por lo demás, tampoco quiso aclarar si se hará cargo nuevamente de las cuatro parroquias de Piñor, tal y como reclaman los feligreses, o si tendrá otro destino. 'Non sei nada', contestó de forma escueta. El sacerdote asistió al pleno respaldado por la secretaria de organización de los socialistas, María Quintas; el exalcalde de Vilardevós José Luis Pérez García, y el regidor de Castrelo do Val y secretario comarcal, Vicente Gómez. Quintas señaló que los socialistas lamentan que o caciquismo do PP e as presións exercidas pola Igrexa cumpran os seus obxectivos, conculcando a un cidadán libre un dereito fundamental.
Entre tanto, fuentes del Obispado manifestaban ayer que aún no está decidido el destino de Antonio Fernández. 'Se mantendrán reuniones y se contará con su opinión', matizaron las mismas fuentes sin precisar fecha.
Modesto Gómez, presidente de la plataforma de vecinos que reclaman el regreso del cura, reivindicó ayer su independencia de cualquier connotación política en este asunto, asegurando que quieren al sacerdote por su buen hacer.
