TEMPORAL

Las inundaciones destrozaron los paseos del Miño y recintos termales

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photo_camera Restos de las inundaciones en un parque en la ribera del Miño.

Las zonas de Oira y Outariz son las más perjudicadas, con desplazamiento de mobiliario y acumulación de materiales. Los materiales son cuantiosos.

El área termal de la ciudad y sus paseos ribereños (la Praia da Antena –junto al centro comercial Ponte Vella-, el Paseo das Ninfas, las piscinas de Oira) han sido las principales zonas afectadas por la crecida del nivel del río Miño a su paso por la ciudad, consecuencia del temporal de lluvia registrado durante el fin de semana pasado y la primera mitad de esta semana. Y así continúa siendo pese a la tregua que la lluvia viene dando desde el jueves. Y es que aunque las zonas de tránsito han quedado ya libres de agua, no lo han hecho los recintos termales, a excepción de las termas de Outariz que, por ser las más altas respecto al cauce del río, han sido las primeras en quedar descubiertas.

El volumen de agua que llegó desde la presa de Velle -el lunes, el desembalse fue en torno a los 2.500 metros cúbicos por segundo- mantiene anegadas las termas de A Chavasqueira, O Muíño da Veiga y la fuente de O Tinteiro, por lo que las concejalías de Medio Ambiente y Termalismo no tienen todavía una estimación exacta de los daños causados en esta ocasión -el anegamiento impide inspeccionar las instalaciones-, pero los desperfectos son visibles, especialmente en Oira y sus inmediaciones y en Outariz, donde el recinto privado permanece cerrado al público por la entrada de agua a las instalaciones. Precisamente en esta zona, la corriente del Miño ha arrasado con parte de los columpios del recinto infantil, que habían sido ya repuestos tras la última inundación. Los senderos y la zona de descanso también requerirán laboriosas tareas para que vuelvan a quedar de nuevo a punto.

No es muy distinta la situación en Oira, donde la fuerza del caudal se ha llevado por delante cierres y barandillas. A la vista quedaron huecos en suelo y muros, a consecuencia de trozos de cemento arrancados de cuajo por la corriente. Los daños son también predecibles en las piscinas, todavía llenas de agua enturbiada y materiales arrastrados.

A lo largo de los más de 15 kilómetros de márgenes ribereñas en la ciudad, las consecuencias de la riada son también salientables. Troncos y desperdicios fueron depositados en las inmediaciones termales por el transcurso de las aguas, consecuencia del arrastre. Las piedras y sábrego de los caminos también fueron desplazados por la fuerza del Miño, así como piezas de mobiliario como algunas barandillas. La vegetación -plantas, arbustos y árboles- que resistió a la fuerte corriente tampoco luce su mejor cara.

Gastos de reparación

En Ourense, los daños de esta variación del nivel del agua, abundantes porque las termas públicas -A Chavasqueira, Tinteiro, Muiño da Veiga y Outariz- están en zona inundable, no son nunca inferiores a unos 300.000 euros al año, aunque la cuantía depende del volumen de precipitaciones anuales. El gasto es estimativo, pero el cálculo del Concello es que cada riada supone una suma en torno a los 90.000 euros , aunque el coste puede ser mayor esta vaez, a juzgar por los daños visibles. Pero a la vista de la situación, todo indica a que el desembolso municipal para la reparación de las márgenes del Miño tras esta última crecida será muy superior, especialmente si la larga permanencia del agua inundando los espacios obliga a resembrar el césped, por lo que las tareas podrían prolongarse durante semanas.

La restricción del acceso a los recintos termales y paseos fluviales que estableció el Concello como medida de prevención el pasado domingo continúa activada. Las vallas y cintas prohíben el paso a estas zonas, incluso a las inmediaciones. Con todo, ya ayer se dejaron ver los viandantes y ciclistas por los diferentes paseos -algunos todavía con profundos socavones llenos de agua-.

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