Tres ourensanos prestaron declaración como investigados por delitos de fuego, tras quemas
Los incendios forestales se sucedieron en la segunda quincena del mes de abril. Desde el pasado día 13, se registraron 14 fuegos, aunque la mayoría de ellos afectaron a menos de una hectárea de superficie en los municipios de Vilariño de Conso, Rubiá, Vilamartín, Celanova, Cenlle, Lobios, A Gudiña, Pereiro de Aguiar, Melón y Vilardevós. Los de mayor envergadura fueron los de Melón y Calvelle (Pereiro), al afectar a más de dos hectáreas de monte raso y arbolado.
La climatología después de meses de sucesivas lluvias, según Medio Rural, facilitó la proliferación de los 14 fuegos, de los que 11 están siendo investigados por parte de agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), Policía Autonómica y agentes medioambientales. Los otros tres ya fueron esclarecidos, dado que los agentes autonómicos tomaron declaración el pasado viernes a un vecino de Celanova, en calidad de investigado como presunto autor de un incendio originado el pasado día 20 en los alrededores de O Freixo. Las llamas afectaron a 0,25 hectáreas.
La Guardia Civil dio a conocer ayer que había tomado también declaración a un vecino de Cenlle, de 74 años, como presunto autor de otro fuego, que afectó a 0,7 hectáreas.
Por último, los agentes medioambientales de investigación de fuegos del Distrito Forestal XIII (Valdeorras), imputaron a otro vecino, en este caso de Vilamartín de Valdeorras por presuntamente provocar otro incendio en A Portela, que afectó a varios castaños. En los tres casos, las llamas se propagaron por el monte después de que los investigados presuntamente prendieran una hoguera para quemar rastrojos agrícolas.
En la Guardia Civil se mostraban este lunes convencidos de que las pesquisas que están realizando permitirán esclarecer los 11 fuegos. Sospechan que en su mayoría fueron provocados por quemas.
Inspección sobre el terreno y datos entre los vecinos
Los agentes medioambientales de investigación de incendios del Distrito Forestal XIII esclarecieron hace unas semanas otro incendio en el municipio de Rubiá. El investigado también había realizado una quema de rastrojos. Los investigadores, al igual que los efectivos de la Policía Autonómica y Guardia Civil, lo primero que hacen, tras un incendio forestal, es inspeccionar el terreno ardido con el objetivo de hallar pruebas que permitan identificar las causas. De ser intencionado, acto seguido, recaban información entre los vecinos. Desde que comenzó el año se registraron 22 fuegos en los montes de la provincia, que afectaron a 80 hectáreas. La cifra es reducida en comparación con las más de 2.000 que se llevaban contabilizadas el año pasado durante la mismo periodo.
