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El joven Alistair recibe un nuevo rayo de esperanza

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photo_camera Alistair Bain, a la izquierda, con su familia, entre ellos su padre, Nelson Esteves.

La Fundación Amigos de Galicia ha conseguido un empleo para el padre del menor afectado por parálisis, que estuvo tres años de baja por incapacidad. Una ayuda más para esta familia de Taboadela, con muchas necesidades

La solidaridad no tiene límites, sobre todo cuando se trata de gente que lo necesita de verdad y por una causa justo. El niño Alistair, de la parroquia de Torán (Taboadela), ha podido vivir en sus propias carnes la bondad de la ciudadanía ourensana y, por ende, también su familia. Padece parálisis cerebral, y necesita tratamientos que no cubre la Seguridad Social. 

Moteros, vecinos, fundaciones, instituciones... No son pocos los que han colaborado con diversas inciaitivas, como recogida de tapones o andainas  para poder recaudar fondos para su tratamiento. 

Y ahora, ha sido su padre, Nelson Esteves, el que ha recibido un nuevo empujón para sacar adelante a su familia, compuesta por seis miembros, tres adultos y tres menores, que tenían que echar muchos números para salir adelante, sobre todo teniendo en cuenta el coste de los desplazamientos de Alistair para recibir las terapias. 

Llevaba más de tres años sin trabajo, debido a una incapacidad que le hizo dejar su empleo de soldador. Pero ahora, gracias a la oficina de colocación de la Fundación Amigos de Galicia, entidad prestadora de servicios sociales, ha vuelto a ver la luz. En 2017, esta agencia de colocación consiguió la inserción 56 ourensanos, y en este 2018 ya se realizaron 41 inserciones. 

Nelson encadenó bajas por su problema de espalda y sus dos hernias, lo que desencadenó en una incapacidad permanente en grado total para soldador. Confiesa que resultaba "muy difícil sacar adelante a la familia con la pensión de incapacidad, no llega a nada". Por eso, ahora se le han abierto las puertas con un trabajo en una empresa en la que se fabrican y embalan piezas para coches. 

Se muestra "muy contento" por "recuperar la esperanza" y porque "me gusta trabajar, soy una persona activa". 

Ahora, la vida de Alistair tendrá un nuevo ingreso en casa que permita que siga siendo feliz. "Es un niño muy alegre, no se preocupa de nada, es feliz", relata el progenitor, que destaca que está "siempre riéndose". Ahora, intentará, aunque es difícil, que Alistair pueda tener un triciclo, después de disfrutar del que le prestaron en el club ciclista de Maceda. 

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