SEGURIDAD VIAL

“A la próxima no hay perdón"

La Policía Local colocó ayer un radar móvil en la avenida de La Habana para interceptar a los conductores que circulaban a más de 30 por hora. Stop Accidentes solo advirtió de los riesgos; a partir de ahora habrá multas. 

"Que esta vez sea la última!" Así advertía un policía local a los coches que ayer por la mañana sobrepasaban los 30 km/h de velocidad en la avenida de La Habana. "¿Cómo que a 30 kilómetros por hora?", decía un repartidor que parecía desconocer este límite. Él y la gran mayoría que pasaba por allí. Pero sí, hay zona 30 en la Habana y por ello la campaña de Stop Accidentes realizó ayer una jornada de concienciación con los conductores. Un despliegue de varios policías y voluntarios del colegio Cardenal Cisneros sirvió como continuación de la campaña "Calmar Tráfico – Móvete Seguro ", en coincidencia con la Semana Mundial de la Seguridad Vial de la ONU. "Luchamos por otro modelo de ciudad, en el que la velocidad rime con la responsabilidad", aseguró Beni Bouzada, uno de los organizadores, junto al Concello de Ourense y la Policía Local.

Portaban un cartel que resumía claramente los motivos de esta campaña: "Non quites aos nenos o seu dereito a vivir só polo teu xeito de conducir". Reducir la contaminación acústica, los accidentes y la velocidad en la ciudad, los puntos clave. "Si va a 50 y atropella a alguien hay un 80% de posibilidades de que este fallezca. Por eso tiene que haber más calles que estén limitadas a 30". Así explicaba Víctor, de 15 años, a una joven el peligro que acarreaban los 43 kilómetros por hora a los que había pasado por el radar móvil. "No se trata de la sanción, lo primero es la seguridad, hay que reducir las velocidades en la ciudad porque las consecuencias pueden ser trágicas", explicaba Bouzada al repartidor, muy receptivo, a sabiendas de que esta vez no habría penalización alguna. "A la próxima no hay perdón", le espetó Víctor.

"Lo que ahora es informativo, mañana puede suponer una multa económica o algo peor", advirtieron durante dos horas a los más de 30 conductores interceptados. "Tenemos esperanza de que haya voluntad política en la Mesa de Movilidad para conseguir que haya más zonas 30, e infraestructuras que pacifiquen el tráfico y den prioridad al peatón", dijo Bouzada.

Mafal, Idrissa, Abel, Jonathan o Sidi fueron algunos de los voluntarios que colaboraron en esta novedosa actividad, repartiendo pegatinas de límite 30 y hablando con los infractores. Uno de ellos, que superó los 60 por hora, se disculpó con los voluntarios. "No se volverá a repetir", dijo, mientras se pegaba la pegatina en el parabrisas, como muestra de buena voluntad. "Para que no se me olvide", bromeaba.  Los conductores agradecieron que no hubiese multas y los vecinos de la zona felicitaron a los chavales: "Vivo aquí e baixan os coches a toda pastilla. A ver se conseguides que cambie algo", "aquí hacen mucho ruido los coches, no hay derecho". A partir de ahora, se acabaron los avisos.

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