JUICIO | OURENSE

El juez cita a 18 vecinos de Petín por el asesinato de Santoalla

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photo_camera Juan Carlos Rodríguez, quien está en prisión provisional, acudió al juzgado el 16 de marzo.

El fiscal pretende acreditar con los testigos, incluido el alcalde, el "odio" de los inculpados hacia el holandés

Vecinos de Petín, incluido el alcalde de ese municipio, Miguel Bautista Carballo, desfilarán el día 8 de junio por el Juzgado de Instrucción 2 de O Barco para declarar como testigos en el caso del asesinato del holandés afincado en Santoalla, Martin Martin Verfondern, el 19 de enero de 2010. El fiscal citó a un total de 18 personas, alguna ya declaró, para tratar de acreditar la mala relación existente entre la víctima y su esposa, quien aún vive en la localidad, y la familia de los dos inculpados, los hermanos Juan Carlos y Julio Rodríguez González, por la gestión de los montes comunales.

La acusación pública, de cara a un juicio con jurado popular, quiere documentar la animadversión que sentían los investigados hacia Verfondern y así llegar al móvil del crimen, tal como concluyó la Guardia Civil cuando interrogó durante las investigaciones a más de 200 testigos. El escrito de concreción de hechos del fiscal de mediados de marzo así lo recogía: "Movidos por un odio derivado de los múltiples conflictos que mantenían con él por la gestión de la comunidad de Montes Cabeza de Vilariño, y tras perder todos los procesos judiciales, decidieron acabar con su vida".

De hecho, sostiene que ambos hermanos actuaron de común acuerdo para tenderle una emboscada el 19 de enero de 2010, sobre la una del mediodía, a la entrada de Santoalla, " aprovechando que se trata de una zona con nulo tránsito de gente y a sabiendas de que tenía que pasar con su coche para volver a su domicilio". Así, añade, que "tras forzar que parara el coche con el que venía de hacer la compra, le dispararon un tiro con una escopeta a escasos metros, cuando estaba dentro del vehículo, de manera totalmente sorpresiva y sin la más mínima posibilidad de defenderse, lo que provocó su muerte inmediata".

Por su parte, los inculpados niegan los hechos. Juan Carlos Rodríguez, quien padece un discapacidad psíquica, confesó a la Guardia Civil que había disparado al holandés, tras reprocharle que condujera "como un tolo". Su hermano, que está en libertad, se limitó a reconocer que sólo había ayudado a esconder el Chevrolet Blazer del holandés en un paraje boscoso situado a unos 10 kilómetros, lo que le eximiría de responsabilidad penal.

Vio el Chevrolet pero no le dio importancia

A finales de marzo, comparecieron algunos de los  testigos citados por el Juzgado de O Barco, incluidos familiares de los detenidos, quienes se acogieron a su derecho de no declarar. También testificó un maderero oriundo de A Coruña que, por lo visto, no estaba informado de la actualidad informativa local. Pese a  que el vehículo de la víctima tardó en ser encontrado cuatro años y medio, él aseguró que lo había visto en 2010 en un paraje de A Veiga, a unos 10 kilómetros de Santoalla, pero no le dio importancia. Creyó que llevaba tiempo abandonado.

Precisamente, la tardanza en encontrar el vehículo complicó la investigación porque incluso se barajó la opción de la marcha voluntaria del holandés. La Guardia Civil "peinó" los montes e incluso movilizó a un helicóptero con georradar hasta que un destello avistado por un helicóptero condujo a su vehículo calcinado el 17 de junio de 2014. 

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