El festivo por el Día del Padre apenas se notó en cuanto a afluencia de turistas, pero dejó un saldo positivo en las cajas registradoras de las confiterías, donde numerosos clientes entraron con las manos vacías y salieron con roscones, tartas y otros productos típicos de repostería. Debido al cumplimiento de los aforos, en locales emblemáticos de la ciudad como Confitería Miguel o Confitería O Couto se formaron largas colas a lo largo de la mañana.
Tanto las restricciones como la precaución ante una cuarta ola del covid impidieron la reunión de muchas familias, y a este Día del Padre solo le dio para el aprobado en comparación con el anterior, que coincidió en el confinamiento estricto.