Los libreros salen hoy a la calle del Paseo en un Día del Libro atípico, marcado por el segundo año de pandemia, en una ciudad que ostenta una de las tasas más altas de librerías por habitante de España. Sólo en la Federación de Librerías de Ourense ya hay una docena de asociados. La comunidad autónoma gallega, según datos del Observatorio de las Librerías, del Ministerio de Cultura, tiene 13 librerías por cada 100.000 habitantes, la tasa más alta del país. Le sigue de cerca Navarra, Aragón y Cantabria, pero la media española no supera las 10 librerías en el tramo de habitantes citado.
Ourense respira cultura y el sector resiste, aún con el 20% de facturación perdida en el año del covid, según los datos de la Federación de Librerías de Ourense. El colectivo aguanta el chaparrón y se reivindica como "salvavidas" de la pandemia.
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“Venta por impulso"
En 2020, en pleno confinamiento, el sector tuvo que aplazar a verano este evento en el que aumentan las compras por "impulso" de las últimas novedades editoriales. Así lo reflejan desde la Federación de Librerías de Ourense. José Manuel García Mosquera, presidente del colectivo en la provincia–con 25 asociados–, confía en que la celebración de hoy, con nueve puestos instalados en la rúa do Paseo, aguante el "chaparrón" y la clientela no se frene por las previsiones meteorológicas.
"Las esperanzas son buenas. No salir a la calle del Paseo, como ocurrió el año pasado, es una venta que nos influye mucho porque no es la venta de la librería, es la de impulso de la gente que se acuerda que es el Día del Libro y que compra más. Lo malo es el tiempo, que puede deslucir el día", dice Mosquera.
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El sector ourensano no acusa los cierres ligados a las consecuencias económicas del covid, solo dos establecimientos en los que se produjeron jubilaciones. "Todos los sectores hemos notado la pandemia. Son tres meses cerrados por el confinamiento, pero el sector librero, dentro de lo que cabe, no es el peor. Durante el estado de alarma y las situaciones perimetrales, que no podías ir a Ourense, al estar más tiempo en casa, la gente leía más. Eso sí que lo notamos", dice el presidente de los libreros.
Así, desde el sector apunta a un aumento de las ventas en las épocas en las que la capital tenía más restricciones de movilidad. "A mitad de semana había un aumento de facturación. En lugar de comprarse una novela, los clientes compraban dos o tres porque iban a estar mucho tiempo en casa. Cuando se abrió la movilidad, la gente estaba deseosa de ir al pueblo y a la playa y bajó la venta", explica Mosquera.
La demanda del sector es común al comercio: "No pedimos subvenciones, de lo que se trata es de que la administración ponga el foco en atraer gente a la ciudad y traer dinero de fuera".
