El agua y los sumideros atascados impidieron a los vecinos salir de casa en el casco vello limiano

Las lluvias inundaron bajos y calles de Carballiño y Xinzo

Calle de Xinzo, durante la tromba de agua que convirtió varios viales en ríos.
Las previsiones decían que ayer sería 'un día típico de otoño' y así fue. Los chubascos ocasionales se alternaron con los cielos lluviosos en un día que, en todo caso, comenzó con intensos chaparrones en algunos puntos de la provincia, como Carballiño. En esta villa se contabilizaron, poco después de la medianoche, un gran número de bajos y calles inundados. Alguna, como la avenida del Arenteiro, tuvo que ser cortada al tráfico durante unos minutos debido a la gran cantidad de agua que almacenaba. A esa hora también estaba anegada la calle Calvo Sotelo.
Además de complicar la circulación por el centro de la localidad, el agua también se adentró en edificios, como ocurrió con el del camping. La intensidad de las lluvias a primera hora de la jornada hizo que se registraran en Carballiño 39 litros por metro cuadrado. Ya por la mañana, las intensas precipitaciones obligaron en Ribadavia a suspender una jornada de confraternización sefardí, que incluía numerosas actividades, como visitas a bodegas y talleres para niños.


EN XINZO

En otros puntos de la provincia también se vivieron problemas con el agua, como ocurrió en Xinzo. Allí, el viernes se inundó la zona de la feria, la más próxima al río debido, según el teniente de alcalde, Manuel López, a la gran cantidad de agua y también a que los vecinos tapan con plástico muchos sumideros en verano para evitar los malos olores y se obstruyen los desagües. Xinzo fue ayer una de las localidades ourensanas en las que más llovió, con un acumulado de 21,5 litros por metro cuadrado.

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