Un registro municipal pretende reducir los solares abandonados para evitar la especulación y la ruina

La maleza vive en la casa de al lado

   Este solar, en plena calle Concordia, en el centro de la ciudad, no está en el registro de solares del Concello pero afea enormemente la céntrica calle con esos restos de vigas a punto de caer y el espacio vacío al descubierto.
Los espacios acotados de maleza, restos de edificios derruidos o las parcelas llenas de basura; en definitiva, escombreras en el casco urbano de la ciudad pueden tener los días contados con el registro municipal de solares que ha creado el Concello y que contempla la expropiación si no se adecentan o urbanizan.
El registro municipal de solares abandonados y convertidos en escombreras, pero también de edificios en ruinas en el casco histórico cuyos propietarios aguardan, como en el caso anterior, a mejores tiempos para especular con el suelo, pretende poner fin a una cuestión pendiente en el urbanismo de la ciudad; primero, promover la urbanización y, en el caso de la zona monumental, frenar el deterioro de los inmuebles a conservar, además de evitar la proliferación de espacios acotados llenos de basura y maleza en el casco urbano. El registro lleva un año de vida y sólo acumula tres parcelas, pero otras tres de la ciudad antigua ya están en trámites para entrar. Es un balance escaso pero los formulismos son complejos y los propietarios pueden alegar. En todo caso, el objetivo es dignificar calles y espacios públicos, cuyo abandono deteriora la imagen de Ourense. Y es que hay traseras parcelas en medio de viviendas que acaban convirtiéndose en auténticos vertederos, otros que lucen viejas vigas carcomidas de un edificio ya inexistente y algunos más que acumulan maleza hasta la saciedad.

Ningún barrio escapa a la situación porque una de las mayores escombreras se encuentra en las inmediaciones de As Burgas, una imagen preocupante de abandono se ofrece en plena Rúa Concordia y la presencia de restos de fachadas sin fondo de edificación en el casco histórico es frecuente. En el Concello, que aún acaba prácticamente de comenzar con esta medida, se espera que en pocos años esa imagen de deterioro pueda desaparecer.

Edificación forzosa o expropiación

Ciudades como A Coruña cuentan desde hace años con la facultad de intervenir en aquellos suelos, solares o inmuebles que no hayan sido urbanizados o rehabilitados (si se hallan en estado de ruina) en el plazo de dos años. En esa ciudad, el Concello puede hacerlo ya desde 1956, pero en Ourense la iniciativa acaba de empezar. Se trata de una ordenanza municipal reguladora de la edificación forzosa y el registro de solares que lleva adscrito, que persigue que las parcelas clasificadas urbanísticamente para construir no sean pasto de la especulación, así como evitar el derrumbe de edificios viejos.

La ordenanza establece que, en el plazo de dos años a partir del momento de la inscripción de la finca en el registro, el Concello decretará la edificación forzosa del solar o, en su caso, la rehabilitación forzosa, bien de manera directa -a través de una sociedad urbanística- o bien a través de un particular, procediendo en cualquiera de los casos a expropiar el inmueble en la forma prevista en el artículo 191 de la Ley del Suelo de Galicia. En el primero de los casos, puede optar por un concurso público.

La legislación permite desde hace más de 50 años este tipo de intervenciones, que fueron recogidas también por la actual Ley del Suelo, aunque no la con templan todos los municipios.

En el caso de los tres solares ourensanos ya inscritos, los propietarios tienen ahora dos años de plazo para cumplir el reglamento porque de otro modo se quedarán sin su propiedad, que será enajenada mediante expropiación.

Esto es especialmente importante en el casco histórico donde actualmente hay 56 edificios con expediente de ruina, 11 de ellos ya apuntalados.



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