Manuel Gutiérrez Aragón: “A quien se le ocurra un buen título para mis memorias, que me lo diga”

Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) se hizo director para poder dirigir sus guiones. Hace cinco años que el cineasta de “Habla, mudita”, “La mitad del cielo” o “El corazón del bosque” se retiró. Ahora se dedica a la literatura. El OUFF le otorga en esta edición el Premio Especial 2023 por su trayectoria. Como regalo para el público ourensano, ayer se proyectó una de sus cintas: “La vida que te espera” (2004), una coproducción gallega protagonizada por Juan Diego, Celso Bugallo, Luis Tosar, Marta Etura y Clara Lago. Ya ha ganado muchos premios, ¿el del OUFF tiene algo de especial? Tiene una cosa especial y es que cuando recibí otros premios estaba todavía activo en el cine, con películas en cartelera. Este galardón viene cinco años después de dejar el cine, entonces lo agradezco mucho porque quiere decir que las películas están vivas y todavía se recuerdan por el público. Ya hace tiempo que no hago películas, se agradece mucho. Aquí en Galicia grabé de manera secreta “La vida que te espera”, porque se supone que era en Cantabria, pero, como era una coproducción gallega, hubo que simular unas escenas aquí. ¿No hay una mínima posibilidad de volver a rodar? ¿El cine es una etapa cerrada para usted o tiene ganas? Mitad y mitad. Por una parte, me gustaría volver a rodar, que no es como escribir, que es un placer solitario. Rodar es una forma de vida, es muchas cosas. Estás con los actores, los técnicos… pero, por otra parte, me da un poco de pereza, porque hay una parte en el cine que es muy física, tienes que moverte, levantarte temprano… Escribir es una actividad sedentaria, en el cine tienes que reunir mucha fuerza. No he guardado ningún guion secreto en ningún cajón. No tengo guiones porque los escribía ya cuando sabía que tenía el dinero para hacer una película, o sea que no tengo nada guardado. Cuando tenía el dinero para hacer una película los escribía. ¿Qué le aporta la literatura? Teniendo en cuenta que se trata de narrar, mi actividad de cara al lector es la misma que en el cine. Emocionar, entretener… en ese aspecto no es muy diferente el cine que una novela. Aunque si me preguntas si echo de menos el cine, claro que lo echo. ¿Y en qué proyectos está metido? Este 2024 salen dos libros míos, una recopilación de escritos que se llama “En busca de la escritura fílmica”. Y salen unas memorias mías que no se nos ocurre el título. A quien se le ocurra un buen título para mis memorias, que me lo diga. Las memorias tienen algo de ficción, ¿no? Todo lo que se cuenta ocurrió, son viajes a Argentina, a Cuba… Hablo de mis películas, de mis primeros años… De los amigos que conocí, son muy variopintas. Sigo diciendo que están escritas de una manera amena, pero todo son cosas reales. Por eso no encontramos el título, creo. Se hizo director para poder llevar a cabo sus guiones. En esta etapa literaria, ¿reconecta con ese guionista que empezó siendo? Cuando fui a la escuela de cine y empecé a trabajar me ganaba malamente la vida como guionista. Poco a poco fui dedicándome a la dirección, pensando que al final el guion es solo media parte de una película. Para rematarla y hacerla como tú quieras la tienes que dirigir. Ahí tuve mis dificultades, pero al final conseguí hacer dos películas que me gustaba hacer. No he hecho nunca una película por encargo. Y eso no es tan fácil de conseguir, por eso ahora ya cuando pensé que no iba a ser fácil, preferí retirarme. ¿Se vio atado? Pues sí, porque las películas dependen mucho de las televisiones. Yo antes dependía de un productor, que era un cineasta como yo. El ente gaseoso de la televisión no es lo mismo que tratar con un productor que entiende de cine. Mencionó en su discurso del Premio Especial OUFF el momento por el que pasa el cine gallego. ¿Qué le parece? He visto bastantes películas gallegas porque he estado presidiendo el Festival de Cine de Málaga. Y creo que es un buen momento. En Galicia, desde hace unos cuantos años, tiene personalidad propia, sobre todo por el idioma. Espero que el momento bueno se quede. Ourense y Galicia se reivindican como un plató de cine. ¿Qué escenario sería su ideal para rodar? Rodé en las riberas del Miño “El rey del río”. Y en Galicia no solo hay buenos paisajes, que era por lo que se venía antes, sino que ahora hay muy buenos actores gallegos.