TESTIMONIO DE UNA OURENSANA EN BALTIMORE

Marta González: “Sí, tuve miedo, piensas que te pueden disparar"

photo_camera Marta González, con Baltimore al fondo, en una imagen de su Facebook.

La investigadora ourensana que trabaja en un proyecto en Baltimore explica que gracias al ejército, "afortunadamente, todo se ha calmado" 

"En el camino del trabajo a casa estos días sí que tuve miedo. Porque justo he tenido que pasar por calles muy conflictivas, y no puedes evitar que se te venga a la cabeza la idea de que en medio de un semáforo, alguien venga, te abra la puerta y te dispare". Esa ha sido la terrible sensación que estos días ha acompañado a la ourensana Marta González Freire, durante los disturbios en la ciudad americana de Baltimore, donde reside y trabaja en el Instituto Nacional de Envejecimiento (National Institute of Aging, NIA).

Aunque aseveraba ayer desde Baltimore, que "afortunadamente todo se ha calmado desde que llegó la Guardia Nacional, una división especial del ejército, que está por todas partes. Sobre todo en el Downtown de la ciudad, zona en la que han destrozado y saqueado muchísimas tiendas".

A pesar de esta calma, Marta González reconoce que "impresiona ver al ejército, la ciudad llena de helicópteros con luces alumbrando todo, las sirenas por las noches para anunciar y avisar el "curfew" o estado de queda. La verdad que funcionó muy bien la seguridad aquí. Todo el mundo respeta las normas que llegan desde la policía y el ejército. Y eso hace que te sientas seguro. Saber que venía el ejército calmó mucho la ciudad, aquí son considerados héroes, y se respetan mucho. Es alucinante verlos pasear por las calles, pero dan mucha tranquilidad".

Esta investigadora ourensana insiste de todos modos en que " yo vivo en una zona buena, tranquila y, principalmente, habitada por blancos. Digo esto, porque donde ha sucedido todo, es una zona en la que el 90% de la población es negra. No resido en el centro de la ciudad, aunque sí trabajo allí". Marta González recuerda que hace dos días cuando todo comenzó, "sí tuve miedo. Estaban ardiendo algunos coches, algunas fábricas, y se oía mucho jaleo. Había gente disparando a motoristas, principalmente. Estaba con la televisión en directo y las imágenes eran impresionantes".

Esta licenciada en Ciencias del Deporte y doctora en Fisiología del Ejercicio explica que "estamos en estado de emergencia y estado de queda. Eso significa que a partir de las 10 de la noche no deberíamos de andar por la calle, hasta las cinco de la madrugada. Si la policía te ve a esa hora por la calle, te podría detener. Sólo se puede salir a la calle a esas horas por trabajo o si trabajas en un hospital, o por una urgencia. Así que a las 10 suenan las sirenas y se ven muchos coches de policía por toda la ciudad, y también helicópteros".

Esta ourensana conoce el centro comercial en el que todo comenzó el pasado lunes, "es el Mondawmin, un centro comercial al que la primera vez que fui, hace un año y medio, tuve cierto miedo. Era la única blanca que estaba paseando por allí, y en ese momento te sientes como un bicho raro, porque todo el mundo te mira. Aquí puedes llegar a tener la sensación de la lucha de razas. Y en este caso en ciertas zonas, las personas blancas son el bicho raro".

"Baltimore", es según la define, "una de las ciudades americanas con mayor población afroamericana. Hay barrios con bastante pobreza, y droga, cosa que ha mejorado mucho en los últimos 10 años. Por lo general, como en todas las ciudades, tiene barrios en los que es mejor no moverse. Tampoco ayuda mucho el hecho de que aquí, en este país, cualquiera puede tener un arma".

Esta ciudad, fundada en 1729, situada en el estado de Maryland tenía en su último censo una población de 620.691 personas, de las que el 63,7 por ciento son habitantes negros. Baltimore, donde se encuentra enterrado Edgar Allan Poe y falleció Pedro Salinas, fue una ciudad industrial rica, con una buena economía y un puerto de gran importancia, pero en la actualidad en su paisaje predominan las ruinas industriales, las naves de ladrillo con cristales rotos y vecindarios abandonados y en decadencia. En este escenario de la famosa serie de ficción "The Wire", la denuncia de la brutalidad policial contra la población negra se ha hecho con rabia y violencia.

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