La sexta edición del espectáculo humorístico itinerante Noites de Retranca llega este sábado, 27 de febrero, al Auditorio Municipal de Ourense
La sexta edición del espectáculo humorístico itinerante Noites de Retranca llega este sábado, 27 de febrero, al Auditorio Municipal de Ourense. A las 21,00 horas, el dúo Mofa e Befa y el cómico ourensano Moncho Borrajo subirán a las tablas el humor y las carcajadas en el marco del show gallego más visto de la historia.
¿Qué tiene preparado para esta ocasión?
Va a ser algo sorprendente porque el primer sorprendido de estar participando en Noites de Retrancas soy yo. Tengo 45 minutos, muy poco tiempo, por cierto, para hacer un monólogo muy simpático sobre la historia de España, desde Altamira hasta que se me acabe el tiempo. Lo he recuperado de mi pasado porque funcionó muy bien. Va a ser sorprendente verme subido al escenario sin parafernalia ni decorado, a pelo. Además, me consta que los otros dos gamberros son realmente buenos. Nos juntamos el hambre con las ganas de comer.
Por Noites de Retranca han pasado cómicos de renombre. ¿Qué legado le han dejado?
En verdad, esto es una responsabilidad. Yo esto no lo he visto en otras partes de España. El concepto es muy bueno, donde lo único que se nos exige es la muy gallega retranca. Y claro, al público le gustan mucho las comparaciones, pero me gusta el riesgo. A mis 66 años me siento capacitado para hacer lo que hacen los chavales. Es más, llevo 45 años haciéndolo. Además, el monólogo es la forma más pura de hacer humor. No hay ni trampa ni cartón, solo un pantalón tejano y una chaqueta sport. ¡Ah, y mi bombín! Me gustaría que al bajarme del escenario se me acercase alguno de los cómicos que ya ha pasado por aquí y me dijese: "Mira el abuelo, ¡qué bien lo ha resuelto".
¿Las diferentes formas de entender el humor hacen de cada función algo único?
Sí, rotundamente. De hecho, me gustaría que viniese a verme gente joven para que entendiese que el humor no es cuestión de edad. Hay una frase que decimos cuando somos jóvenes: "Si este hombre hace reír a mi padre, conmigo no lo va a conseguir". Lo decimos todos cuando tenemos 20 años y no es verdad. Mis espectáculos los preparo para notable. El sobresaliente y la matrícula de honor hay que sacarlos en el escenario. Cada sitio tiene un concepto de humor distinto, pero en Galicia estoy como pez en el agua. Actuar en mi tierra me permite dejar chistes sin acabar, porque la gente sabe por dónde van los tiros y las pilla al vuelo. Lo que viene siendo "dejarlas caer". De todas formas, asumo que uno no puede gustar a todo el mundo. No ocurriría lo mismo si me llamase Euro, pero me llamo Moncho Borrajo.
Toda una vida haciendo humor. ¿Qué se lleva cuando se retire?
La felicidad de la gente, sin duda. El hecho de ir por la calle y me saluden o me escriban por las redes sociales para decirme lo bien que se lo pasan conmigo es un auténtico honor y orgullo. Me satisface llevar 45 años haciendo reír a la gente en un país donde nos encanta subir a la gente para luego hundirla. Solo hay que ver Operación Triunfo (risas).
Si el espectador no se quiere reír, no irá al Auditorio. ¿Qué ocurre si el cómico tiene un mal día?
Para muestra un botón. Mi madre murió un lunes y el miércoles tuve que trabajar en Barcelona. La clave para coger aquel avión fue cerrar la puerta de los sentimientos y abrir la del trabajo. Cuando sales al escenario, se te olvida por completo, o así tiene que ser. Desde que conectas con el público cuando escuchas la primera risa, tus problemas desaparecen. Lo malo es que al volver al camerino todo vuelve a la cabeza.
El humor es un talento intrínseco. ¿Alguna vez ha tenido que morderse la lengua?
Para nada. Cuando uno tiene ya la fama de cómico, la gente se toma tus comentarios de otra manera. Es una reacción natural ante esta figura.
Los tiempos que corren, ¿son buenos para el humor?
Los mejores del mundo, nunca los hubo tan buenos. Los cómicos y humoristas somos hoy una necesidad. De todas formas, no sé por qué preparo espectáculos. Tal y cómo está la política, con salir al escenario y contar lo que pasa sería suficiente para hacer reír a la gente. Es que me dan los chistes hechos.
