Santiago R.R., por temor a que el can pudiese atacar, le llamó la atención pidiéndole que atase a su mascota para que no mordiese a sus hijos, a lo que el propietario del animal respondió: "Mi perro no come mierda"
Haber reconocido ante la jueza los hechos que lo llevaron a sentarse ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal 1 le sirvió para eludir la prisión. Santiago R.R., de 38 años, asumió la autoría del delito de lesiones que le imputaba el fiscal, por lo que deberá hacer frente a una multa de seis meses a razón de tres euros diarios. Además, en concepto de responsabilidad civil, deberá abonar al perjudicado la suma de 3.500 euros, como indemnización por los daños que sufrió. Inicialmente, el ministerio público solicitaba un año y medio de prisión, más una cuantía que se acercaba a los 5.000 euros.
Los hechos por los que fue llamado a declarar en calidad de imputado ocurrieron el 13 de junio de 2013, alrededor de las diez de la noche. Fue entonces cuando el ahora condenado estaba con sus hijos menores en el parque de Os Patos, emplazado a las orillas del río Barbaña a su paso por A Valenzá (Barbadás).
En el mismo sitio y a la misma hora, un hombre paseaba con su perro considerado como potencialmente peligroso, pero lo llevaba sin correa. Así las cosas, Santiago R.R., por temor a que el can pudiese atacar, le llamó la atención pidiéndole que atase a su mascota para que no mordiese a sus hijos, a lo que el propietario del animal respondió: "Mi perro no come mierda". Ese fue el motivo por el que el acusado lo empujó y propinó un puñetazo en la cara.
Como consecuencia del golpe, la víctima sufrió una fractura doble en el maxilar inferior, teniendo que permanecer ingresado en el CHUO durante dos días.
