Tras la enajenación de una parcela en la Finca Santamarina, el Concello se fija ahora en otra de sus propiedades, en A Farixa, de cara a 2010. Se trata de una superficie de 13.000 metros cuadrados y uso residencial, cuya enajenación se baraja para la cons truccion de viviendas protegidas y en función de cómo evolucione el mercado inmobiliario. El Concello tiene contabilizadas en la actualidad -aunque el inventario está pendiente de aprobación- 17 parcelas con una superficie de más de 29.400 metros cuadrados.
Hasta 2,8 millones de euros llegó a ofrecer una de las tres empresas que opta a una parcela del Concello en la Finca Santamarina, en la que se construirán viviendas protegidas. Y es que el patrimonio municipal del suelo puede llegar a ser una importante fuente de ingresos para las arcas del Concello, aunque la actual crisis inmobiliaria no genere grandes expectativas al respecto. Sin ir más lejos, hace unas semanas quedó desierto el concurso para hacerse con otra de las fincas, en este caso de uso comercial.
Según el inventario municipal -todavía pendiente de aprobación-, el Concello dispone de 15 parcelas con una superficie total de 10.437 metros cuadrados y una valoración económica pendiente de cuantificar. Pero a éstas hay que añadir dos fincas en A Farixa, procedentes del proyecto de compensación de Eroski, con un superficie total de 19.000 metros cuadrados. Es en estas dos en las que el gobierno municipal tiene puesta la mirada. Estamos pensando en incluir una en los presupuestos para su enajenación en 2010, aunque probablemente se decidirá ya a lo largo del año en función de cómo evolucione el mercado, señala la concejala de Urbanismo, Áurea Soto. Una de las fincas tiene un uso hotelero (6.000 metros cuadrados) y la otra, de 13.000, residencial. Esta última es en la que el gobierno municipal considera que tiene más posibilidades de enajenar, con el propósito de destinarla a la construcción de vivienda protegida -tal y como ha ocurrido en una de las parcelas de la finca Santamarina-.
Además, en cuatro parcelas que eran de titularidad municipal también está prevista la construcción de viviendas protegidas por parte de la Xunta, en Covadonga, O Polvorín, Mariñamansa y Barrocás.
Pero, ¿cómo llega el Concello a hacerse con estas parcelas? Prácticamente la totalidad de estos metros cuadrados son fruto de cesiones gratuitas establecidas por el Plan Xeral, que pasan a ser de titularidad pública en los proyectos de compensación de actuaciones particulares. Algunas, incluso tienen su historia. Es el caso de una parcela de 617 metros que el Concello posee en la carretera de Barra de Miño y que había cedido al Instituto Nacional de Vivienda en 1980 para la construcción de viviendas sociales. Al haber transcurrido el plazo sin realizarse esta actuación, revirtió de nuevo a la entidad municipal. Otras, como la de Finca Santamarina, acumulan detrás de sí un largo periplo judicial antes de los acuerdos.
Locales por toda la ciudad
Además de parcelas, el inventario de bienes del Concello recoge como patrimonio municipal de suelo otros 130 inmuebles, la mayoría de ellos locales ubicados en los bajos de las dos plazas de abastos de la ciudad y en las alamedas del centro y A Ponte, espacios que la institución tiene alquilados a negocios o que ha puesto en manos de colectivos sin ánimo de lucro. También figuran locales vecinales repartidos por todo el término municipal y el edificio de la antigua cárcel, en la Praza de San Martiñoque en breve será de propiedad pública, una vez que se consuma la tramitación del proceso de expropiación abierto recientemente. Precisamente, el proyecto inicial de derribar todo el inmueble para ampliar la plaza ha quedado en el olvido, pese a que el bipartito incluso convocó un concurso de ideas. El valor estimado para estas propiedades asciende a 3.893.342 euros. El patrimonio más valioso es, precisamente, la antigua cárcel, valorada en 1.231.073 euros.
Según el inventario municipal -todavía pendiente de aprobación-, el Concello dispone de 15 parcelas con una superficie total de 10.437 metros cuadrados y una valoración económica pendiente de cuantificar. Pero a éstas hay que añadir dos fincas en A Farixa, procedentes del proyecto de compensación de Eroski, con un superficie total de 19.000 metros cuadrados. Es en estas dos en las que el gobierno municipal tiene puesta la mirada. Estamos pensando en incluir una en los presupuestos para su enajenación en 2010, aunque probablemente se decidirá ya a lo largo del año en función de cómo evolucione el mercado, señala la concejala de Urbanismo, Áurea Soto. Una de las fincas tiene un uso hotelero (6.000 metros cuadrados) y la otra, de 13.000, residencial. Esta última es en la que el gobierno municipal considera que tiene más posibilidades de enajenar, con el propósito de destinarla a la construcción de vivienda protegida -tal y como ha ocurrido en una de las parcelas de la finca Santamarina-.
Además, en cuatro parcelas que eran de titularidad municipal también está prevista la construcción de viviendas protegidas por parte de la Xunta, en Covadonga, O Polvorín, Mariñamansa y Barrocás.
Pero, ¿cómo llega el Concello a hacerse con estas parcelas? Prácticamente la totalidad de estos metros cuadrados son fruto de cesiones gratuitas establecidas por el Plan Xeral, que pasan a ser de titularidad pública en los proyectos de compensación de actuaciones particulares. Algunas, incluso tienen su historia. Es el caso de una parcela de 617 metros que el Concello posee en la carretera de Barra de Miño y que había cedido al Instituto Nacional de Vivienda en 1980 para la construcción de viviendas sociales. Al haber transcurrido el plazo sin realizarse esta actuación, revirtió de nuevo a la entidad municipal. Otras, como la de Finca Santamarina, acumulan detrás de sí un largo periplo judicial antes de los acuerdos.
Locales por toda la ciudad
Además de parcelas, el inventario de bienes del Concello recoge como patrimonio municipal de suelo otros 130 inmuebles, la mayoría de ellos locales ubicados en los bajos de las dos plazas de abastos de la ciudad y en las alamedas del centro y A Ponte, espacios que la institución tiene alquilados a negocios o que ha puesto en manos de colectivos sin ánimo de lucro. También figuran locales vecinales repartidos por todo el término municipal y el edificio de la antigua cárcel, en la Praza de San Martiñoque en breve será de propiedad pública, una vez que se consuma la tramitación del proceso de expropiación abierto recientemente. Precisamente, el proyecto inicial de derribar todo el inmueble para ampliar la plaza ha quedado en el olvido, pese a que el bipartito incluso convocó un concurso de ideas. El valor estimado para estas propiedades asciende a 3.893.342 euros. El patrimonio más valioso es, precisamente, la antigua cárcel, valorada en 1.231.073 euros.
