La iglesia de Santo Domingo acogerá la celebración de un funeral en su honor el próximo lunes

Ourense despide a Virxilio con un cariñoso recuerdo

 Virxilio junto a Arturo Baltar en una fiesta celebrada entre amigos el pasado mes de marzo. (Foto: JOSÉ PAZ)
Fueron muchos los compañeros que, desde que se conoció el fallecimiento del pintor, se acercaron hasta el tanatorio de As Burgas para despedir a Virxilio.
Manuel Buciños, Baldomero Moreiras, Miguel Carballo o Xosé Cid son solo algunos de los nombres de otros artistas como él que durante la jornada de ayer quisieron acompañar a la familia del pintor ourensano. El adiós de su pueblo de residencia, Tamallancos, se lo brindó el alcalde de Vilamarín, Amador Vázquez. El artista será incinerado hoy en una ceremonia íntima junto a su familia y allegados, pero la ciudad que lo vio desarrollarse como pintor podrá acompañar a su memoria el lunes en un funeral que tendrá lugar en la iglesia de Santo Domingo a las 18.15 horas.

Mientras, sus amigos lamentan su pérdida. El presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrín, recordó que Virxilio 'está presente na pintura de Galicia de xeito moi intenso dende os anos 50'. Sus cuadros gozan de protagonismo en casas privadas e instituciones públicas, pero el artista también cuenta con presencia en la literatura, género en el que cubrió portadas de numerosos libros. Ferrín tiene fresca en su memoria la aparición de Virxilio como pintor, así como la última exposición suya que visitó, en el antiguo colegio de San Clemente de Santiago.


RECUERDOS DE SUS AMIGOS

Desde niño lo conoció el escultor Acisclo Manzano, que además compartió tiempo con él en París. Pero no era lo único que tenían en común, sino que ambos eran parte de los 'artistiñas' a los que Vicente Risco puso nombre. 'Era un home moi amable e sincero, ademais de bo pintor e bo bebedor de viño', cuenta Acisclo Manzano. 'Virxilio dixo unha vez dun pintor ourensán que non sabía pintar a cor do viño tinto porque non o sabía beber'.

Uno de sus grandes amigos fue el que durante años enmarcó sus pinturas, Ramón Eiriz. Era una de las primeras personas que contemplaba acabados los cuadros de Virxilo, antes de coronarlos con la puntilla que es el marco. Al pintor lo conoció alrededor del año 1973, 'cando eu era aínda un neno'. Desde entonces, 'sempre me sentín moi apegado a el', asegura Ramón Eiriz. Del roce fue naciendo entre ellos el cariño, 'canto máis maior, medraba a relación'. Y crecía tambien la confianza. El artista no se inmiscuía en el negocio del enmarcador, al que dejaba 'plena liberdade'. Por eso y por otros detalles que con él tuvo como amigo, 'só podo estar agradecido para Virxilio'. Ramón Eiriz asegura que tenía 'moitos coñecidos', pero la verdadera amistad la guardaba para los que se lo demostraron en el último año, cuando su enfermedad se agravó.

Desde el plano institucional llegaron las condolencias del conselleiro de Cultura, Roberto Varela, que quiso expresar su 'profundo pesar' por la desaparición de Virxilio. 'Morre o artista, pero sempre nos quedará a súa obra inmortal', manifestó el responsable de la Xunta. Del mismo modo, también la fundación Curros Enríquez ha expresado su lamento por el fallecimiento de uno de sus patrones de honor, rango que alcanzó tras recibir el premio 'Celanova, casa dos Poetas', en el año 2006.

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