Ourense, urbe gallega con los presupuestos más obsoletos

El Concello ourensano es el único que no ha aprobado unas cuentas adaptadas a la pandemia

La historia se repite. Tras cinco ejercicios sin aprobar ningún presupuesto (de 2015 a 2019),  Ourense se convirtió en uno de los municipios con las cuentas más desfasadas de España, algo que corrigió a principios de 2020 consiguiendo sacar adelante un proyecto presupuestario elaborado apenas unas semanas antes de que el covid pusiese patas arriba todo. Desde entonces, tanto Jácome en solitario como en coalición con el PP han sido incapaces de actualizar las cuentas, lo que supone que Ourense sea la urbe gallega con los presupuestos más obsoletos y la única que no cuenta con unos números adaptados a la pandemia.

Consumido ya el primer trimestre del ejercicio, el gobierno municipal no ha presentado todavía ni un borrador para 2022 (en 2021 Jácome tiró la toalla sin ni siquiera intentarlo), mientras que en el resto de ciudades todas, salvo Ferrol, trabajan ya con un documento actualizado al ejercicio actual. La localidad ferrolana, por su parte, sacó adelante sus últimos presupuestos en verano de 2021, por lo que ya tienen en cuenta los escenarios derivados de la crisis del covid.

En vigor

Tanto Vigo como Lugo, la primera con un gobierno de Abel Caballero con una holgadísima mayoría absoluta y la segunda con un bipartito que tiene los votos necesarios para no tener problemas en el pleno, trabajan ya desde el 1 de enero con los presupuestos de este ejercicio, lo que supone mucha mayor comodidad para desbloquear trámites y poner en marcha los proyectos planificados, así como lanzar convocatorias y líneas de ayuda. El alcalde vigués afirmaba incluso esta misma semana que ya están preparando los presupuestos de 2023.

Por su parte, en los primeros días de enero, era Pontevedra la que daba luz verde a sus cuentas para el presente ejercicio, entrando en vigor pocas semanas después y allanando la gestión del bipartito BNG-PSOE comandado por Miguel Anxo Fernández Lores.

Activados

Sin la comodidad que ofrece la mayoría absoluta para la gestión del día a día (la misma situación que Ourense), en Santiago y A Coruña son alcaldes socialistas los que tienen que buscar apoyos en la oposición al no tener los votos necesarios, lo que no les ha impedido dar buenas noticias a los vecinos desbloqueando sus presupuestos en el pleno y regularizando la situación económica de los consistorios.

En la capital gallega, el gobierno de Xosé Sánchez Bugallo amarró en febrero la aprobación consiguiendo la abstención de Compostela Aberta y BNG, lo que hizo inútil el voto en contra del PP. El modus operandi fue similar en la urbe herculina, donde la alcaldesa, Inés Rey, logró que las fuerzas de izquierda no bloqueasen las cuentas pese a la oposición de los concejales populares.

La liquidación para usar los remanentes vuelve a retrasarse y dificulta invertir

Las modificaciones de crédito para desbloquear inversiones cobran especial importancia en el caso de la ciudad de Ourense, pero un año más la liquidación del pasado ejercicio, clave para disponer de los fondos ahorrados, llegará más tarde de lo que debería, a diferencia de lo que sucede en urbes como Vigo, Lugo o Pontevedra, donde ya cuentan con ese dinero para ganar margen de maniobra e impulsar actuaciones.

Avisaba, por ejemplo, esta misma semana la concejala de Turismo de Ourense, Flora Moure, de que obras en cartera como la reforma integral de la piscina termal de As Burgas tienen ya el proyecto preparado, pero que no podrá continuar su tramitación hasta disponer de los fondos del remanente, lo que demorará la reapertura de uno de los espacios de ocio más relevantes del centro de la ciudad. Convenios con entidades sociales, culturales o vecinales también son víctima de la dilación de plazos.

Habitual

Es una constante en el Concello de Ourense que el trámite de la liquidación de las cuentas no sea efectivo antes del 31 de marzo de cada año, como fija la legislación que debería ser. Así, es habitual que las modificaciones presupuestarias que quiera aprobar el gobierno municipal no se debatan, como muy pronto, en el pleno de junio, con operaciones que se sacan incluso adelante cuando el año está a punto de cerrarse.

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