Los pensionistas ourensanos, los más ahogados por el IPC

Los pensionistas, principales víctimas del IPC.
photo_camera Los pensionistas, principales víctimas del IPC.
Con las pensiones más bajas, es la sexta provincia española con incremento de los precios, un 10,3%

Los precios se desbocan en la provincia de Ourense y los pensionistas  ourensanos son los más perjudicados de todo el país en esta imparable escalada del coste de la vida. La inflación golpea a toda España, que cerró mayo con un 8,7% de alza interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC), según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por provincias, Ourense es la sexta que mayor subida está afrontando en el último año, con un encarecimiento de la vida del 10,3%. Solo Toledo (11,4%), Ávila (11,2%), Cuenca (10,9%), Ciudad Real y Guadalajara (10,5%) superan en el incremento de IPC al registrado en Ourense. 

Con estos datos, cabe concluir que los pensionistas ourensanos son los que mayor esfuerzo están realizando y a los que más se les ha encarecido la vida de toda España, al ser los que tienen la pensión media (807,5 euros)  más baja, con diferencia, de toda España. 

 Las otras cinco  provincias que han visto crecer el IPC por encima de Ourense tienen todas una pensión media  entre 925 euros (Cuenca) y 1.155 (Guadalajara), es decir, entre un 15% y un 43% más altas que las ourensanas, pese a haber registrado alzas prácticamente similares.

Energía, 44% más

El mayor incremento se da en los costes de la energía para el hogar, con una subida del 44,4%, gracias al alza de la luz, principalmente, seguido del coste de utilizar el vehículo personal debido al gasto en carburantes y mantenimiento (17,7%), los servicios de alojamiento (14%)  y  los alimentos (13%). 

Asalariados

Más allá de los pensionistas, los asalariados ourensanos también son de los más sufridores, de acuerdo al salario medio bruto anual con datos de la Seguridad Social. Los ourensanos cobraban a cierre de 2021 una media de 1.697 euros al mes, y con el encarecimiento de la vida, solo en Ávila y Cuenca, cuyos sueldos son inferiores a los ourensanos, se han visto más apretados en el último año ante el encarecimiento de la vida que parece no tener freno.

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