El mercado laboral de la provincia recurre cada vez más a los trabajadores extranjeros, que son fundamentales en sectores como la hostelería y la construcción, donde las compañías encuentran crecientes problemas a la hora de localizar mano de obra nacional. Los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social muestran que las autorizaciones de trabajo a foráneos -en este grupo no entran los ciudadanos de la Unión Europea- se incrementaron este año en un 40% con respecto a los registros de 2021.
En el primer cuatrimestre del presente ejercicio se concedieron 142 permisos a extranjeros, mientras que en el mismo periodo del año pasado la cifra fue de 102. El actual es además el registro más alto de la década, superado solo por las 186 autorizaciones otorgadas entre enero y abril de 2012.
El 45% de los permisos en lo que va de año se concedieron a varones, mientras que el 55% restante fue para mujeres. La totalidad de trabajadores se incorporó al Régimen General de la Seguridad Social, y ninguno se dio de alta como autónomo, una situación que sí se produjo en el resto de provincias gallegas.
En la comparativa gallega, la provincia ourensana se encuentra a la cola, ya que Lugo concedió en el mismo lapso 222 permisos, por los 318 de Pontevedra y los 523 que se expidieron en A Coruña.
