El neurólogo Nolasc Acarín abordó la situación actual de una enfermedad que ya afecta a 800.000 personas en España

'Las personas sociables y alegres son menos vulnerables al Alzheimer'

El autor de 'El cerebro del Rey', Nolasc Acarín, analizó en el Foro La Región las características de la enfermedad de Alzheimer en una completa y divulgativa conferencia, en la que no escondió su optimismo por encontrar una cura en 'los próximos 10 o 12 años'. El neurólogo inició su exposición explicando la vulnerabilidad innata del cerebro, que 'pierde neuronas desde el momento en el que nacemos y que, a pesar de suponer el 2% de la masa corporal, consume el 20% del oxígeno que inalamos'.
En este contexto, la demencia se entiende como 'el proceso por el que una persona pierde sus capacidades intelectuales, de la memoria al lenguaje, por la muerte de neuronas y la falta de oxígeno en el cerebro. En el 70% de los casos responde a la enfermedad de Alzheimer'. Este trastorno apareja una serie de lesiones que se traducen en una atrofia cerebral y la desaparición del hipocampo que, según explica Acarín, 'es como si perdiéramos el sistema operativo de nuestra memoria'.

Esta pérdida cognitiva es la que está detrás de los trastornos de conducta como la apatía, la depresión, ansiedad, euforia, discultura, paranoia o deshibición, que son unos importantes síntomas 'para acudir lo más pronto posible al neurólogo o directamente al médico de cabecera'. Sin embargo, la edad sigue siendo uno de los factores de riesgo más importantes. Según las estadísticas, la enfermedad se manifesta en menos del 1% de las personas menores de 50 años, en un 5% de las personas entre 60 y 70 años, en un 20% en los mayores de 80 años y en un 35% entre las personas con más de 90 años. La condición de género también es determinante, pues las mujeres tienen un riesgo mayor de sufrir este tipo de demencia. Asimismo, las personas con un amplio bagaje cultural y una vida activa logran retrasar en mayor medida la evolución de la enfermedad.

Un estudio realizado con un grupo de monjas voluntarias en la Universidad de Notre-Dame, relacionando sus datos con las redacciones e informes escritos desde el noviciado, también ha determinado que 'el buen humor y la sociabilidad ayudan a envejecer sin deterioro pero, por el contrario, las personas con amargura y poco comunicativas son más vulnerables a la demencia', aseguró Acarín.

El neurólogo reconoció la ausencia de tratamientos para esta enfermedad y también criticó el excesivo recurso a las pastillas de la memoria, que 'tienen un muy dudoso efecto positivo'. Por ello, ante el invitable avance de la dolencia, Acarín recomienda aprovechar los tratamientos actuales para corregir los síntomas asociados hasta que, 'en pocos años, se desarrollen fármacos eficaces'.

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